El Gobierno rechaza abrir un diálogo sobre la independencia
La portavoz replica que hay una vía entre “el 155 perpetuo” y la “radicalidad”
La ministra portavoz, Isabel Celaá, no esperó hasta noviembre, sino que respondió ayer mismo a la advertencia del president Torra. El Ejecutivo lanzó un duro mensaje al Govern: “La respuesta es autogobierno y no independencia”. La Moncloa criticó el “salto al vacío” de los soberanistas.
“El Gobierno de España no acepta ultimátums y mantiene su determinación de continuar por la vía del diálogo”. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, compareció a última hora de la tarde de ayer en la Moncloa para responder con dureza a Quim Torra que “no tiene que esperar a noviembre para conocer nuestra respuesta”. “Se la damos ahora mismo: autogobierno y no independencia. Y la propuesta es convivencia y no independencia”.
Reclamó así Celaá a la Generalitat “distensión y calma”, y que garantice “la convivencia y los derechos de todos los catalanes”. Sin empeñarse además en la vía del 1-O del año pasado, que a su juicio sólo evidenció la fractura de la sociedad catalana. “Una sociedad dividida es una sociedad sin futuro”, alertó. Y lo que toca es “cerrar las heridas abiertas” y no echarles sal. “Hay muchos intereses que pretenden agudizar el conflicto y la confrontación”, asumió. Pero rechazó que estas presiones, en una y otra dirección, “nos dicten el camino”. “Las decisiones desmedidas tomadas en el pasado no pueden condicionar las salidas de futuro que todos deseamos”, aseguró. Celaá insistió en que Torra ya sabe cuál es la posición que el propio Pedro Sánchez le transmitió cuando se reunieron en la Moncloa. La misma, aseguró, que los catalanes manifiestan “sistemáticamente” en las urnas: “No quieren la independencia, reclaman la convivencia. Y eso sólo es posible con ley y dialogo”.
Pero Celaá dejó en el aire la nueva cita que estaba prevista entre Sánchez y Torra este otoño: “No parece ser este el momento más delicado para decidir la fecha para una eventual reunión”. Aunque en la Moncloa no tiran la toalla: “Al Gobierno –dicen–, no le van a retirar del diálogo las palabras, sólo los hechos”.
Y con hechos, aseguró Celaá, demuestra el Gobierno su voluntad de “tender puentes y construir concordia”. “El independentismo debe asumir su responsabilidad: gobernar, no gesticular, no volver a caminos que conducen a la frustración”, insistió. “Torra se vuelve a equivocar”, lamentó. El lunes “se equivocó al jalear a los radicales contra los Mossos”. Y ayer volvió a errar, al lanzar “amenazas que solo deterioran la convivencia”. “Ni la radicalidad es el camino, ni la amenaza lo es. El camino es la ley y el dialogo. En Catalunya sobran gestos y falta responsabilidad”, zanjó.
Y situó al Gobierno en la centralidad, junto a una mayoría de la sociedad catalana y española. Incluso entre los independentistas, resaltó, muchos “quieren encontrar la salida al laberinto”. Una centralidad entre los extremos de “la quiebra de la legalidad” de un sector del independentismo, y “ese artículo 155 perpetuo que quieren otros imponer”, en referencia al PP y Ciudadanos. “Entre el salto al vacío y el 155 perpetuo, está la convivencia que demandamos”, reclamó. Y urgió a PP y Cs a alejarse de la “crispación” y respaldar al Gobierno por responsabilidad de Estado. “El Gobierno no va a aplicar el artículo 155 mientras no haya razones evidentes. Una cuestión que no se ha producido”, concluyó Celaá.
Culminó así ayer la reacción del Gobierno, tras toda una jornada de réplicas y advertencias. “La violencia no es el camino”, avisó el propio Sánchez a Torra por la mañana. El Gobierno intentó la víspera no echar más gasolina al fuego e incluso negó que el mensaje de aliento del president a los CDR –“¡Hacéis bien en apretar!”– fuera una llamada a la violencia. “No tengo ningún interés en incrementar la tensión, debo apelar a la serenidad y la calma”, justificó José Luis Ábalos. “Dimos una oportunidad a la prudencia”, alegó por su parte Celaá. Pero los violentos enfrentamientos y el intento de asalto al Parlament en los que finalmente derivó la conmemoración del 1-O en la noche del lunes, obligó a la Moncloa a cambiar radicalmente el registro y emitir muy serias advertencias. Y así lo hizo Sánchez: “Torra debe cumplir con sus responsabilidades y no poner en riesgo la normalización política alentando a radicales al asedio de las instituciones que representan a todos los catalanes”. Ante los incidentes violentos en la noche del lunes, en la Moncloa fueron tajantes: “¡Esto no se puede volver a repetir”. Pero todos en el PSOE asumen que la situación es “muy complicada” para Sánchez, y le obligará a hacer difíciles equilibrismos. La fiscal general del Estado, María José Segarra, advirtió a su vez que valorará los incidentes violentos y actuará “con la contundencia debida” si es necesario.
El PP y Cs, por su parte, izaron con más fuerza el estandarte del 155. Albert Rivera incluso anunció una iniciativa para que el pleno del Congreso vote si quiere promover una nueva aplicación del 155, y que el PSOE se retrate. “¡Sánchez se agarra al sillón a cualquier precio: ni el ultimátum humillante de Torra le lleva a romper con quienes quieren liquidar España!”, clamó Rivera. El líder del PP, Pablo Casado, también se hizo oír: “¡El Gobierno no puede tolerar chantajes de golpistas ni ofrecerles diálogo! ¡Debe poner orden aplicando el artículo 155!”. El PP consideró un error la iniciativa de Cs. Y el propio Casado destacó que “sólo el PP tiene la mayoría en el Senado para aprobarlo”.
PEDRO SÁNCHEZ (PSOE)
“La violencia no es el camino, Torra no debe poner en riesgo la normalización política”
PABLO CASADO (PP)
“El Gobierno no puede tolerar chantajes de golpistas, debe poner orden con el 155”
ALBERT RIVERA (CS) “Sánchez se agarra al sillón, ni el ultimátum humillante de Torra le lleva a romper”