La Vanguardia

Vuelco histórico

El líder del partido independen­tista renuncia tras perder incluso en su distrito

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Las elecciones al Parlamento de Quebec las ha ganado un partido del centrodere­cha que jamás había tocado el poder y que apuesta por recortar el número de inmigrante­s en detrimento de los progresist­as del Partido Liberal y los independen­tistas del Partido Quebequés.

Quebec ha hecho historia con un vuelco total en las elecciones a su Parlamento provincial. Otra era.

Ganó un partido del centrodere­cha, que jamás había tocado el poder y que apuesta por recortar el número de inmigrante­s.

Los progresist­as del Partido Liberal de Quebec (PLQ) cederán el mando tras quince años casi ininterrum­pidos en el gobierno y el Partido Quebequés (PQ), principal promotor de la independen­cia de Canadá, se pegó un batacazo legendario e incluso perdió la capacidad de formar grupo. Por la izquierda, Quebec Solidario (QS), formación soberanist­a que ha aparcado esta idea, les ha comido el terreno y les ha superado.

“Hoy (por la noche del lunes), muchos quebequese­s han dejado de lado un debate que nos ha dividido durante cincuenta años”, dijo a sus seguidores François Legault en referencia a la disputa entre federalist­as y soberanist­as.

A esa hora (madrugada de ayer en Barcelona), Legault, multimillo­nario, nacionalis­ta de centrodere­cha que renunció al independen­tismo, festejaba su victoria y la de su agrupación. Su Coalición Porvenir Quebec (CAQ), rompía el bipartidis­mo entre liberales y soberanist­as que ha marcado la trayectori­a política de la provincia francófona, la segunda más poblada del país.

Por primera vez desde 1976, un partido de nueva creación (Legault lo fundó en el 2011) alcanzaba el ejecutivo: 74 escaños, mayoría abLos soluta, en buena parte por sacar rédito de lo que califican de “fatiga de referéndum”. En especial de los jóvenes, más preocupado­s por asuntos sociales, que son los que han atendido la llamada del QS de Manon Massé.

Esta ha sido la primera ocasión en tres decenios que la cuestión de la soberanía no ha sido una baza en juego. El independen­tismo dejó de ser una apuesta en estos comicios. partidos favorables al federalism­o canadiense contabiliz­aron más de un 63% de los sufragios, en una convocator­ia en que ha caído la participac­ión por debajo del 70% en comparació­n a las dos citas previas.

Frente a un deseo de cambio de gobierno, a pesar del boom económico y la ausencia de desempleo que enarbolaro­n los liberales del primer ministro Philippe Couillard, los más de seis millones de convocados a las urnas dieron la espalda al Partido Quebequés como alternativ­a.

Lo había sido y, gracias a ostentar el mando, pudieron convocar en 1980 y 1995 los dos referéndum­s celebrados en “la bella provincia”,

La independen­cia no ha sido tema, pero el ganador pide limitar la inmigració­n y someter a los foráneos a examen

ambos sin éxito.

El balance no puede ser peor ahora. De 28 escaños bajan a nueve –por debajo de los doce para formar grupo en el Parlamento provincial– y caen al cuarto lugar. En el tercero se sitúa el QS, que salta de tres a diez asientos. El castañazo ha sido de tal dimensión que su líder, Jean-François Lisée –“no son los resultados que esperábamo­s”–, anunció su renuncia inmediata. Lo tuvo claro al certificar que no lo querían ni en casa. En Rosemont, su distrito en el área de Montreal, conocido como “la pequeña patria” y almacén soberanist­a, los electores le dieron la espalda. Prefiriero­n a Vincent Marissal, el representa­nte de Quebec Solidario.

Que el soberanism­o haya perdido su tirón no significa que el tema de la identidad, la cultura quebequesa y la lengua francesa no estuvieran presentes. Así, el programa de la CAQ de Legault incorpora una discutida propuesta que consiste en reducir de 50.000 a 40.000 el número de inmigrante­s, a pesar de que hay territorio­s en que necesitan manos para trabajar. Pero aún es más controvert­ida la inclusión de que estos inmigrante­s se sometan a un examen sobre valores locales y el idioma oficial en tres años.

El primer ministro canadiense Justin Trudeau, liberal como los que deberán abandonar el poder, felicitó a Legault. Sin embargo, esta extensión del nacionalis­mo frente al globalismo de Trudeau –en junio perdieron en Ontario, la provincia más rica y poblada–, emerge como una sombra para las elecciones del 2019.

 ?? CHRIS WATTIE / REUTERS ?? El ganador de las elecciones, François Legault, se abraza a sus hijos, Victor y Xavier, y a su mujer, Isabelle Brais
CHRIS WATTIE / REUTERS El ganador de las elecciones, François Legault, se abraza a sus hijos, Victor y Xavier, y a su mujer, Isabelle Brais
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain