La Vanguardia

El mito de que Trump se hizo “a sí mismo” se desmorona

El presidente recurrió a fraudes fiscales, según ‘The New York Times’

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Ya de bebé figuraba en la nómina de la empresa de su padre. A los tres años, Donald Trump ingresaba 200.000 dólares anuales, al cambio de hoy, sueldo imposible para los neoyorquin­os que se deslomaban trabajando en la construcci­ón.

A los ocho era millonario. A los 17, Fred, el patriarca y fundador del imperio inmobiliar­io, le dio la propiedad de 57 unidades en un edificio de apartament­os. Al graduarse en la universida­d, recibió el equivalent­e a un millón de dólares cada año. A los 40, esa anualidad subió a cinco millones.

Estos datos forman parte de un exhaustivo reportaje de The New York Times, resultado de año y medio de indagacion­es de tres reporteros –han hablado con numerosas personas del entorno Trump y revisado más de 100.000 folios de documentos–, que se han plasmado en un texto de 14.000 palabras, portada y ocho páginas en la edición de papel de ayer.

Si esta dimensión es impresiona­nte, el resultado de la calificada por otros medios de “investigac­ión épica” –firmada por David Barstow, Susanne Craig y Russ Buettner– ha propiciado una revisión de los cimientos trumpistas.

Además –y no es poco– de que el actual presidente de Estados Unidos participó y se benefició de dudosas acciones de su padre para evitar impuestos, jugando más allá de los agujeros legales, “incluyendo casos de fraude absoluto”, el mito Trump, ese que tanto ha calado en las bases blancas agraviadas, ha quedado en evidencia.

Antes de la campaña electoral, y durante, Trump repitió una de sus frases marca de la casa. “Todo lo que he construido lo he construido por mí mismo”. Alardeando de un patrimonio de 10.000 millones de dólares –reducido por los expertos a 2.000 o bastante menos–, como candidato insistió en que “mi padre sólo me prestó un millón y se lo tuve que devolver íntegramen­te”.

Había voces, como la del premio Pulitzer David Cay Johnston, que habían puesto en duda esa narrativa. The New York Timespinch­a esa burbuja. Ese préstamo de un millón asciende a, como mínimo, 60,7, o alrededor de 140 millones de hoy.

“Esto debilita el apoyo a Trump de aquellos que lo votaron por razones económicas, por esa imagen pública de hombre hecho a sí mismo, del que todo lo que toca se transforma en oro, el salvador de los olvidados. Parte de este apoyo se debilitará”, sostuvo Johnston en conversaci­ón telefónica.

“Pero –añadió– los que están con él por racismo, misoginia o extrema creencia contra el aborto, estos seguirán con Donald Trump, sin importarle­s nada de esto”.

Según los cálculos del artículo, Trump obtuvo de su padre el equivalent­e a no menos de 413 millones, sin que jamás los devolviera.

El dinero de su padre financió en parte la torre Trump de la Quinta Avenida, símbolo de sus privilegio­s. Pero ese capital paterno también le sacó de los múltiples apuros económicos por los que pasó, en esimpuesto­s pecial con sus negocios en Atlantic City. En una ocasión, con el casino Trump Castle al borde de la bancarrota y las bancos escarmenta­dos, el padre acudió al rescate. Envió a uno de sus empleados, que gastó más de tres millones en fichas sin hacer apuesta alguna, lo que estaba fuera de la ley.

Todo esto formaba parte de una ingeniería financiera para reducir o limitar el pago de impuestos. El mecanismo principal consistió en infravalor­ar los inmuebles que poseía la empresa paterna. A menor tasación, mayores compensaci­ones fiscales. Otra estratagem­a consistió en crear sociedades, en las que estaban los hijos, que se encargaban de facturar los servicios a los complejos inmobiliar­ios del padre. El precio real se veía multiplica­do por mucho y ese dinero se desviaba hacia los descendien­tes.

No sólo esto, sino que diseñaron un plan para hacer el traspaso del enorme patrimonio de Fred, fallecido en 1999. De 550 millones en de traspaso, sólo abonaron 55 tras vaciar los activos. “Este reportaje es el examen más preciso que nunca hemos tenido de las finanzas de los Trump y muestra como funcionaba su esquema de evasión fiscal”, subrayó Johnston.

Este material no da para una causa penal por haber prescrito. Sin embargo, la responsabi­lidad civil no caduca. El estado de Nueva York y la ciudad han anunciado que han abierto una investigac­ión.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo que la informació­n era “engañosa”, negó que el presidente participar­a en ningún fraude y recordó que Hacienda (IRS) “lo revisó hace años y no vio nada en las transaccio­nes”.

Un abogado del mandatario indicó que “él no tuvo prácticame­nte ninguna implicació­n”. Y Trump mostró su protesta en tuit por “la actualizac­ión” de las cantidades monetarias. Pero no negó nada.

Desde el frente político, los legislador­es demócratas reiteraron la necesidad de que el presidente haga públicas sus declaracio­nes al fisco, como hicieron sus antecesore­s en el cargo. Sería la mejor manera de saber si Trump es un genio o un impostor.

La Casa Blanca rechaza que el presidente participar­a en fraudes, pero Trump no niega la trama del reportaje

 ?? CARLO ALLEGRI / REUTERS ?? Tras los pasos de Obama. Melania Trump, que realiza su primera gira en solitario en África, visitó ayer la antigua fortaleza esclavista de Cape Coast, en Ghana, donde estuvieron los Obama en el 2009
CARLO ALLEGRI / REUTERS Tras los pasos de Obama. Melania Trump, que realiza su primera gira en solitario en África, visitó ayer la antigua fortaleza esclavista de Cape Coast, en Ghana, donde estuvieron los Obama en el 2009

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