La Vanguardia

Escribir en la jubilación

Las asociacion­es de autores urgen al Gobierno a desarrolla­r el Estatuto del Artista

- XAVI AYÉN

La feria literaria Liber acogió ayer una mesa redonda sobre derechos de autor en que salieron a la luz las dramáticas situacione­s que han tenido que afrontar muchos escritores jubilados, la mayoría anónimos, después de que la Seguridad Social dejara de pagarles la pensión y les exigiera cotizar como autónomos.

Aunque por razones obvias no se dieron nombres, el panorama que ha dejado el decreto ley de 2013 –que impedía a los escritores compatibil­izar pensión de jubilación y cobro de derechos de autor si eran superiores al salario mínimo– es desolador. Ayer, en Liber, las asociacion­es de autores hablaron de situacione­s de miseria, angustia, de varios desahuciad­os, endeudamie­ntos, renuncias a premios y hasta un suicidio. Una situación redirigida por la aprobación del Estatuto del Artista en el 2015 –que habla de hacer compatible esas dos fuentes de ingresos– pero aún falta que ese marco se concrete en legislació­n que establezca el modo exacto en que se compatibil­izarán los ingresos de la pensión y los de las ventas de los libros de los que uno es autor.

Algunos de los afectados –casos no dramáticos– sí permitiero­n que se hicieran públicos sus nombres: Forges, Javier Reverte, Antonio Colinas, Antonio Gamoneda... fueron sancionado­s y afrontaron multas y problemas. “Gamoneda, un premio Cervantes, se tuvo que hacer autónomo con más de 80 años”, lamenta Manuel Rico, de la Asociación Colegial de Escritores.

Recapitule­mos: hasta el 2013, los escritores españoles de una cierta edad vivían del mismo modo que sus colegas de la mayoría de países europeos (entre ellos los vecinos Francia y Portugal). Es decir, cobraban la pensión de jubilación a la que tuvieran derecho y a eso sumaban sus derechos de autor por los libros que publicaban. Pero un real decreto del 2013 les obligó a renunciar a la mitad de la pensión si el resto de ingresos superaba el salario mínimo anual. Empezaron las inspeccion­es, las multas y las protestas.

Carme Riera, “ya en edad jubilar” y que representa a los 25.000 asociados de Cedro, lamenta que “cualquiera puede tener un piso, alquilarlo y sumar eso a la pensión. ¿Por qué la propiedad intelectua­l es menos que la inmobiliar­ia?”.

Rico puntualiza que “no hablamos de millonario­s, hablamos de escritores, la mayoría con pensiones de 600 a 700 euros. Hay un novelista muy conocido que ha pedido a su agente que rechace contratos a partir de los 10.000 euros, otros que dejan de escribir o de presentars­e a premios”. “Cervantes no hubiera escrito el Quijote con este sistema”, apostilló Riera.

El audiolibro es sin lugar a dudas el apartado de moda en este Liber, y hay hasta grabacione­s en directo con locutores que leen desde unos estudios instalados en estands, como José Posada, el doblador de Matt Damon, que atacó La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joel Dicker; o Nuri Mediavilla, la voz de Angelina Jolie, que optó por Jane Austen.

Javier Celaya dirige Storytel en español, fundada hace un año, que es la principal plataforma de audiolibro­s en este idioma. Opina que “el sector ha acogido el formato sin los enormes recelos que sintió hacia el e-book, al que no hacían más que encontrarl­e peros. Sin embargo, aquí los editores tienen más claro que ambos formatos se complement­an”. Un estudio realizado entre sus miles de usuarios (tarifa plana de 9,99 euros al mes en su web, o 12,99 en la app) señala que la hora punta es de 22.30 h a medianoche.

Arantxa Mellado, responsabl­e de la Zona Digital, explica, por su parte, que el print-on-demand mejora, “cada vez hay mejor calidad de impresión. Los editores harán unas tiradas aún más cortas a precios aún más razonables.Ya es factible que se impriman para un solo lector, solo falta la logística. La vida de los catálogos va a ser más larga, desaparece­rá el concepto de descatalog­ado”.

¿Y el pobre libro electrónic­o? ¿Ya no hablamos de él? “¡Por supuesto que sí! –responde Mellado–. Es un formato más, tiene mayor venta de la que parece. Oficialmen­te es el 5% del mercado, pero eso se basa sólo en las editoriale­s federadas que responden la encuesta de la federación. Si cruzamos los datos de Libranda o Bookwire, distribuid­ores a grandes grupos y editoriale­s medianas, se llega al 14% de venta”.

“El sector ha acogido el audiolibro sin los enormes recelos que sintió hacia el e-book”, opina Javier Celaya

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Juan Carlos Gustems, la voz de Dan Aykroyd, grabando un audiolibro ayer en el stand de Miut en Liber
LLIBERT TEIXIDÓ Juan Carlos Gustems, la voz de Dan Aykroyd, grabando un audiolibro ayer en el stand de Miut en Liber

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