Miró reúne a los Reyes y los Macron en París
Los Reyes comparten con el presidente y su esposa la visita a la exposición de Miró en París
Siempre resulta muy aconsejable llevarse bien con los vecinos. Es lo que hicieron ayer los Reyes con su visita relámpago a París. Había un buen motivo: la exposición Miró, la couleur de mes rêves (Miró, el color de mis sueños), en el Grand Palais, uno de los acontecimientos culturales estelares de este otoño en la capital francesa. El rey Felipe y la reina Letizia fueron acogidos por el presidente Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte, y juntos recorrieron las salas, la mayor parte del tiempo solos. La Reina y la primera dama francesa parecieron hacer muy buenas migas.
El comisario, Jean-Louis Prat, que fue amigo personal del artista mallorquín, y un nieto del pintor, Joan Punyet Miró, les ofrecieron algunas explicaciones. Letizia llevaba un vestido de Delpozo, color azul Francia, con una especie de adorno floral en la parte derecha, y Brigitte Macron escogió un modelo crema, diseño de Louis Vuitton.
Hubo un séquito mínimo. Anfitriones y huéspedes lo querían así, en una atmósfera íntima. “Es una visita de pareja a pareja”, indicaron fuentes de la Zarzuela. Es sabido que Macron invierte mucho en la relación personal con otros estadistas, incluso con quienes están en sus antípodas ideológicas, como Donald Trump. Con el Rey, la química parece excelente. Del Grand Palais se pasó a un restaurante. No estaba previsto en el programa inicial. La primera opción era cenar en el Elíseo, pero los Macron pensaron que, para hacer la velada más agradable e informal, sería mejor escoger un buen local parisino. Siguió siendo una prioridad preservar un ambiente de intimidad, por eso evitaron dar el nombre o la ubicación. El objetivo era conocerse mejor y trabar amistad. Tras la cena, los Reyes regresaron a Madrid.
Miró, la couleur de mes rêves, que permanecerá abierta hasta el 4 de febrero del 2019, aborda la evolución técnica y estilística del pintor mallorquín a través de 150 obras clave de su trayectoria. La Fundació Miró ha contribuido con algunas obras maestras como Mont-roig, la iglesia y el pueblo (1919), Autorretrato (1937-1960) o La esperanza del condenado a muerte I, II, III (1974).
El Rey y Macron se han visto ya en diversas ocasiones desde que el segundo llegó al Elíseo, en mayo del año pasado. La última vez fue en Madrid, el 26 de julio. Aquel viaje estuvo marcado por el exagerado retraso del presidente francés. Macron no es conocido por su puntualidad, pero aquel día batió un récord. A su entrevista en la Moncloa para entrevistarse con Pedro Sánchez llegó con más de una hora y media de retraso, lo que obligó a reducir al mínimo el encuentro. En la rueda de prensa posterior Macron explicó que había estado en la región de los Pirineos franceses y se excusó con un problema logístico. En realidad se había entretenido demasiado hablando con la gente en una estación de esquí. Luego Sánchez y Macron se trasladaron a toda prisa al palacio Real, donde les aguardaban el Rey y decenas de invitados, sentados ya a las mesas, a punto para cenar. En el brindis, el jefe de Estado francés volvió a pedir disculpas por su retraso.
Emmanuel Macron, que era ayer el anfitrión, se presentó en el Grand Palais diez minutos más tarde de lo previsto, pero la comitiva de los Reyes estaba alertada y llegó al recinto poco después que el presidente francés, en un timing diplomáticamente impecable.
El jefe de Estado francés llevó a Felipe y Letizia a cenar a un restaurante parisino para huir del Elíseo