Barcelona, años veinte
Luis Tosar protagoniza ‘La sombra de la ley’, el filme más ambicioso del año
La sección Orbital del Festival de Sitges abrió ayer con La sombra de la ley, un film de Dani de la Torre donde Luis Tosar da vida a un detective que recorrerá la Barcelona de los años 20 del pasado siglo, descubriendo lo mejor y lo peor de una ciudad en plena ebullición política y económica.
Lo tiene todo: intriga, peleas, persecuciones, seducción, cabaret, política... En la exultante Barcelona de los años veinte, el policía Uriarte (Luis Tosar) llega a la ciudad para esclarecer el robo de un tren militar cargado con armas y evitar que acaben en manos anarquistas. “Me creí nuestra propia historia de gángsters”, dice Dani de la Torre, el director de La sombra de la ley, que ayer abrió la sección Órbita del Festival de Sitges.
Barcelona, 1921. La Sagrada Familia en construcción con sólo una torre. El Liceu. La tensa lucha sindical en las fábricas. Una inédita Via Laietana. El Paral·lel y los neones de El Edén, el club donde queman la noche policías, políticos y empresarios y donde se lucen las bailarinas. Dani de la Torre buceó en el archivo de Brangulí, fotógrafo de la época para ambientar una ciudad que hervía, una especie de Chicago: “Quería mostrar lugares que marcan la época en Barcelona, que entonces era una capital mundial y que tenía su parte gris pero también sitios espléndidos y mágicos”. Una época, tras la Setmana Tràgica, poco abordada en el cine, “por una cuestión presupuestaria”, opina De la Torre. La película, producida por Vaca Films, ha supuesto una inversión de cinco millones de euros, que dobla el presupuesto de la mayoría de rodajes en España.
“El filme retrata de dónde venimos, cómo éramos hace cien años y muestra que hay muchos conflictos que todavía siguen latentes; siempre he pensado que con violencia y sin escucharnos no se solucionan las cosas, es como poner la mierda bajo la alfombra”, mantiene el cineasta gallego. Y que en todos los bandos hay bueno y malos. La película bebe de Érase una vez en America, de Sergio Leone o Los intocables de Elliot Ness, de Brian de Palma.
Patxi Amezcua escribió el guión de La sombra de la ley hace quince años, “pero la historia abordaba más el aspecto social y político, estaba más centrada en el conflicto en la fábrica –donde los anarquistas se dividen entre quienes defienden el diálogo como solución y quienes abogan por la lucha armada– y al leerlo pensé que le podíamos dar un giro hacia el thriller”, explicó ayer Emma Lustres. Y así se materializó finalmente el proyecto.
“Vestirse de gángster ha sido como hacer realidad una fantasía erótica, porque estamos más acostumbrados a un cine costumbrista y no tanto de género”, mantiene Tosar, que ya trabajó a las órdenes de De la Torre en El desconocido. Pero Uriarte tiene una misión que cumplir (resolver el robo de las armas) y la cumple, “aunque se encuentra con factores inesperados”, Uno de los factores es Sara, la joven y luchadora anarquista que aboga por la igualdad de derechos de las mujeres y que interpreta Michelle Jenner (también entre gángsters en la serie El Continental).
Entre los policías con los que trabajará Uriarte, está El Tísico, un
Según el cineasta, “el filme retrata de dónde venimos, cómo éramos hace cien años; muchos conflictos continúan”
agente que disfruta ejecutando y torturando y que interpreta Héctor Alterio: “Tratamos de darle ingredientes para que no fuera sólo un violento, sino también que pudiera ser divertido, lo que resulta casi siniestro”. El glamur corre a cargo de Michelle Jenner que definie su papel como “el de la Beyoncé de los años veinte”. Jaime Lorente interpreta a uno de los anarquistas partidarios de la violencia y Paco Tous, que defiende el diálogo, también es el padre de Sara.