El Gobierno recurrirá al TC si el Parlament desobedece a Llarena
Celaá pide a los independentistas “que liberen y desbloqueen las instituciones”
Pese a las embestidas incansables que recibe a diario por parte de PP y Cs, y a la inquietud que también genera en algunos presidentes autonómicos del PSOE, Pedro Sánchez sigue empeñado en intentar reconducir el conflicto con la Generalitat a través del diálogo y la negociación. Aunque para ello se tenga de armar de paciencia ante la “retórica inflamada” de Quim Torra y los sobresaltos constantes que le causa la convulsa situación política en Catalunya que mantienen en la incertidumbre su propio mandato.
Diálogo, como siempre dice Sánchez, pero también en el marco de la ley y sin bajar la guardia. Por eso, el Gobierno advirtió ayer que recurrirá al Tribunal Constitucional (TC) si el Parlament desobedece la suspensión de los diputados procesados por el 1-O que ordenó el juez Pablo Llarena. Así lo subrayó la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá: “Si el Parlament adopta decisiones contrarias a la Constitución, el Gobierno por supuesto actuará en consecuencia”.
No sería la primera vez. Pese al compromiso de reducir la conflictividad institucional y la retirada de recursos contra leyes sociales catalanas, el Gobierno de Sánchez ya recurrió tanto la moción que aprobó en julio el Parlament para reafirmar la declaración de soberanía del 9 de noviembre del 2015, como la reapertura de siete delegaciones de la Generalitat en el extranjero.
Celaá insistió en que el Gobierno desoye, mientras no estén justificada, la demanda de PP y Cs de un “155 perpetuo”. Pero sigue vigilante para que no se vulnere la legalidad. “El Gobierno espera que la transmisión de los derechos parlamentarios de los diputados inhabilitados se lleve a cabo de conformidad con el auto del Tribunal Supremo y con la legislación vigente”, avisó.
La ministra portavoz lamentó las “malas noticias” llegadas esta semana desde Catalunya, empezando por el discurso de Torra y su aparente ultimátum a Sánchez. Y acabando “con la preocupación de ver cómo esa postura lleva a la parálisis política de Catalunya”, tras la suspensión del pleno del Parlament. “El independentismo está sufriendo una crisis importante, y arrastra en su deriva a toda Catalunya. Con su posición numantina, no sólo bloquea y colapsa la labor del Govern, sino que además está impidiendo de facto que el Parlament haga su trabajo”, criticó. Así, la agenda social está a su juicio subordinada al debate territorial. Pero el Gobierno, insistió, “sigue apostando por el consenso, el acuerdo y la salida del laberinto y del conflicto”. Para ello, instó de nuevo a Torra a abrir el diálogo en Catalunya entre todos, y a los independentistas a “que liberen y desbloqueen las instituciones”.
Pero alertó de que la posición de Torra, desde luego, no ayuda. “La retórica inflamada, mutilada de todo punto de realismo, que en este momento está utilizando el presidente de la Generalitat, no ayuda absolutamente nada para encontrar la salida del conflicto”, subrayó.
Celaá incluso parafraseó a Gabriel Rufián: “Si alguien decía el otro día que los ultimátums los cargaba el diablo, también la retórica está cargada muchas veces de insinuaciones muy poco deseables a la hora de alcanzar acuerdos. Tratemos de que las decisiones sobrecargadas y equivocadas del pasado no canalicen salidas de futuro”. Y reclamó “más racionalidad y menos gesticulación”. Pero asumió que “el Gobierno tiene la obligación de tener toda la paciencia, porque lo que nos jugamos es mucho”.
Y es que, ante la posibilidad de que la amenaza de Torra se consume e impida un respaldo suficiente para unos nuevos presupuestos generales del Estado, la ministra portavoz reiteró que el Gobierno se esforzará “hasta el último momento” para que el PDECat y ERC se sumen al acuerdo presupuestario. “De todas maneras, tenemos la vocación intacta de continuar con la acción de gobierno”, precisó.
“El independentismo sufre una gran crisis y arrastra en su deriva a toda Catalunya”, alerta la ministra portavoz