Isabella antes del #MeToo
El Festival Temporada Alta abre con la fascinante ‘Isabella’s room’ de Jan Lauwers
Es un montaje que ha marcado época. Y una manera de hacer teatro. Tanto, que 14 años después de su estreno sigue dando vueltas por el mundo. En Barcelona se pudo ver en el 2005 y estableció definitivamente el nombre de su director, Jan Lauwers, como uno de los grandes de la escena contemporánea. Y como el magnetismo de Isabella’s room sigue intacto, el Festival Temporada Alta lo ha elegido para abrir esta noche su edición número 27 en el Teatro Municipal de Girona.
La descomunal actriz Viviane de Muynck volverá a dar vida a Isabella, una mujer de 94 años que, ya ciega, recupera su pasado, que es tanto como decir todo el siglo XX, incluidos Hiroshima, las guerras mundiales y el colonialismo. Ya sea a través de ella o de alguno de sus 74 amantes... y de su particular habitación, repleta de tesoros del Antiguo Egipto y la vieja África subsahariana. Miles de objetos que Lauwers heredó de su padre. Música, movimiento y texto mezclados en una pieza en la que los muertos mueren pero siguen ahí y en la que hay pasión por la vida.
“La obra aún causa una increíble reacción emocional. Pero también es una cruz que arrastro, porque todo lo que he hecho luego se compara con ella. Tengo un sentimiento ambiguo”, ríe Lauwers. Que cree que la conexión con el público viene de que es un contenido muy intenso pero narrado de manera ligera “con la tremenda energía de Viviane”. Porque Isabella, ríe, “es la versión femenina de Zorba el griego”. “Escribí el texto con ella sabiendo que no hay tantos grandes personajes en teatro para mujeres. Quería una mujer muy positiva y muy fuerte, en la que el #Me Too no es posible. Traspasa fronteras morales, probablemente de manera incorrecta, pero lo aceptas porque la adoras. Es un personaje controvertido, subversivo. Tiene sexo con su nieto. Tu moralidad es cuestionada. En EE.UU. no la aceptan por inmoral, en Francia o España es un éxito”, advierte.
Aún así recuerda que “el muy difícil y muy veloz siglo XX es el tema principal de la obra junto a la colección de mi padre y su muerte”. “Cambié el sexo del protagonista para poner distancia con mi padre. Las historias que se escuchan son verdad, sucedieron a mi alrededor, la colección también es real, hay momias de dos mil años en el escenario, y eso hace la obra especial”, reflexiona. Y admite que en estos años han cambiado muchas cosas y quizá hoy escribiría la historia de otro modo tras la teoría postcolonial y el #MeToo. “En EE.UU. dicen que la obra es racista porque hablo de África sin ser africano. Parece que no puedes interpretar a un homosexual sin serlo, lo cual es ridículo pero es la pureza y el fundamentalismo que viene de allí. Entiendo el por qué, por un lado, pero estoy confundido por su punto de vista, por el hashtag #MeToo... en general el mundo está confundido”. Y admite que “lo que sucede con el #MeToo te hace un artista diferente. Y me lo tomo muy en serio. Pienso de otro modo. Todos lo hacemos. Estoy escribiendo una obra sobre si es posible hacer arte como artista blanco occidental hoy y qué significa. El mundo es hoy mucho más crítico con sus artistas y por otro lado mucho más vulgar, tenemos políticos muy vulgares mandando en el mundo. Trump lo es. ¿Por qué Puigdemont está en Bruselas y no en Catalunya? Es todo muy confuso para todos”, concluye.
“Preparo una obra sobre si es posible hacer arte como artista blanco occidental hoy y qué significa”, dice Lauwers