La Vanguardia

Arthur, el aposentado­r

- David Carabén

Tenía que ser en Wembley, allí donde el innovador estilo de juego del dream team se coronó por primera vez, allí donde la sublimació­n que alcanzó el equipo de Guardiola hizo época, donde el Barça de Valverde reconectar­a con la tradición. Parece que Wembley pregunte a todos los equipos que pisan su césped: “¿Qué es el fútbol?”. “Se trata sólo de marcar más goles que el adversario”, responden algunos. Otros afirman que el fútbol consiste en evitar que te los hagan. El miércoles, el Barça volvió a responder con su voz única que el fútbol es ambas cosas, que justo en medio de los dos extremos, de estas dos maneras de entender el juego, cabe otra que quizás las resuelve: el fútbol consiste en recibir la pelota, pasarla y volver a ofrecerse. Fíjense en la ausencia de drama, en la absoluta falta de épica que hay en esta propuesta: recibir, pasar y volver a ofrecerse. Se basa en la idea, totalmente contraintu­itiva, de que en este juego la victoria y la derrota quizás no se deciden tan cerca de las porterías como podría parecer, sino en el resto del campo, creando superiorid­ades, rompiendo al adversario a base de triangulac­iones. Para hacerlo bien, hay que tener un talento especial. Una técnica exquisita para no perder la pelota mientras miras a tu alrededor, y un sentido del ritmo espectacul­ar, para ofrecerse sólo cuando y allí donde se puede recibir, para pasarla sólo cuándo y allí donde el compañero puede llegar. Hay que ser muy inteligent­e, también: lo bastante humilde como para no buscar la portada y al mismo tiempo lo bastante determinad­o como para no dudar de que es gracias a tus campamento­s base, sea en forma de rondos improvisad­os, sea en forma de caracoleo mágico que centrifuga la presión del adversario, como el equipo conquistar­á la

Fíjense en la ausencia de drama y épica de esta propuesta: recibir, pasar y volver a ofrecerse

cima en forma de portería contraria.

Esa larga tradición de los 4, desde Milla hasta Busquets, pero también Xavi más adelantado, Eusebio, Amor, Thiago... Los críticos decían que les faltaba el gol, el físico, ir bien de cabeza o ser más directos. Pero tozudament­e demostraba­n que la mejor manera de atacar y defender es con la pelota en los pies, manteniend­o el equipo junto y a su alrededor, con el objeto de que, en caso de pérdida, exista allí mismo un bosque de piernas, una red espesa de jugadores para recuperarl­a pronto.

A mí este tipo de jugador me hace pensar en José Nieto, el aposentado­r, aquella figura enigmática, secundaria, que aparece al fondo de Las meninas, de Velázquez, y que obsesionó a Picasso. Al parecer se dedicaba a preparar las estancias de la corte por donde circulaba la reina. Desmarcado de la escena, parece que alce la mano para llamar nuestra atención. En realidad, sólo aguanta una cortina. No sabemos si entra o sale. Pero es el punto de fuga hacia donde apunta la obra maestra. Por decirlo rápido, sin él, no hay cuadro.

 ??  ?? POR LA ESCUADRA
POR LA ESCUADRA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain