El héroe efímero
El Espanyol ha logrado no echar de menos a Gerard Moreno
Cualquier tiempo pasado fue mejor... mientras haya lugar y ganas de recordar. El retorno de Gerard Moreno a Cornellà, en la visita de mañana del Villarreal, no se presume un gran acontecimiento. Nadie en el vestuario parece haber hablado con él en los últimos días, como así dejó entrever ayer Baptistão al ser preguntado por su excompañero tanto en el Espanyol como en el club groguet, ni ningún sector de la afición ha recordado hasta hoy al último héroe del españolismo. El primer –y hasta ahora único– jugador blanquiazul con un cántico propio con el que la grada de animación de Cornellà lo recibía en cada partido y el único que se ha despedido replicando en una carta a la afición otro de los cánticos de la grada.
El amor entre el ariete de Santa Perpètua y la afición se rompió en el momento en el que el propio club decidió hacer de él el mejor negocio de su historia y él aceptó la situación apelando a la “difícil” situación económica de la entidad. Tras eso, ni una triste comparecencia o rueda de prensa de despedida. La buena marcha del equipo con Rubi al frente y Borja Iglesias como nuevo ídolo no han dado espacio a la añoranza. Mañana, la grada lo recibirá como ese hijo predilecto que siempre será, como ha pedido el propio Rubi esta semana, pero sin ningún tipo de homenaje.
En la última reunión de la grada de animación, de hecho, ni se habló del delantero. Ahora sólo interesa la organización del próximo desplazamiento a Huesca. La Federació Catalana de Penyes, por su parte, tampoco tiene previsto ningún tipo de homenaje. Sólo la Penya Blanc-i-blava de Blanes se ha hecho hasta ahora eco del retorno de Gerard, aunque no más que de la presencia de Diego Orejuela en la reciente Fira d’Entitats local.
“La afición del Espanyol es muy respetuosa y Gerard ha hecho muchísimo por el club y por el equipo. Me gustaría que fuese bien recibido, la gente apreciará todo lo que hizo”, señaló el técnico españolista, el único que estos días ha hablado abiertamente del jugador.
Sin éxito por ahora en su retorno al Villarreal, donde ya militó tras formarse en la cantera blanquiazul, a Gerard Moreno siempre le ha pesado la herencia de Raúl Tamudo. Para lo bueno y para lo malo. La imagen de su abrazo con la leyenda perica en la celebración de un gol en Montjuïc cuando sólo era un recogepelotas que jugaba en el fútbol base españolista lo encumbró en su retorno a casa hace ya cuatro campañas. Gerard cumplía por fin su sueño aplazado de debutar en el primer equipo del Espanyol.
El delantero se ganó el respeto de la afición por derecho propio, sumando goles a su sentimiento españolista. Pero el destino, caprichoso, le tenía guardadas más similitudes con Tamudo, aunque con un desenlace muy distinto. Porque si el legendario capitán no pudo emigrar a Villarreal cuando así lo pretendió, a Moreno le hicieron las maletas. Sobre ambos cayó también la responsabilidad de salvar económicamente al club. El traspaso de Tamudo al Rangers se frustró de la forma más inesperada, el de Gerard ha reportado 20 millones.
SIN LUGAR A LA AÑORANZA
La grada de animación, que le dedicó un cántico propio, no prevé ningún recibimiento especial
EL LLAMAMIENTO DE RUBI
“Es un jugador que ha hecho muchísimo por el club y por el equipo y la gente lo apreciará”