Comprada por 3.000 €
La Policía Nacional libera en Girona a tres mujeres captadas que eran obligadas a ejercer la prostitución y detiene a seis proxenetas
La denuncia de una joven de 20 años de nacionalidad búlgara que fue comprada por 3.000 euros en su país de origen cuando tenía sólo 14 años ha permitido a la Policía Nacional liberar a otras dos jóvenes de 18 y 22 años, también búlgaras, y a detener a los seis integrantes de una organización que obligaba a las mujeres a prostituirse contra su voluntad en la vía pública y en locales de la provincia de Girona. Dos de los arrestados, los principales capitostes de la organización, han ingresado en prisión.
El calvario de la joven que ha destapado este nuevo caso de trata de seres humanos con fines de explotación sexual empezó hace seis años, cuando era menor de edad. Los integrantes de la banda la compraron, forzándola a contraer matrimonio en su país con uno de los miembros de la mafia. Posteriormente, fue trasladada a España, donde primero fue obligada a trabajar como asistenta doméstica y, más tarde, a ejercer la prostitución. Además, la obligaban a robar dinero y joyas a sus propios clientes. Fuentes de la Policía Nacional explican que las mafias suelen actuar sobre mujeres que viven de forma precaria y con pocos recursos, y que en muchas ocasiones es la familia de las víctimas la que recibe el dinero de compra de las jóvenes por parte de las mafias. Las mismas fuentes no quisieron aclarar si este fue el caso de la mujer que denunció su situación o de las otras dos mujeres que han sido liberadas.
El testigo de la joven denunciante puso en alerta a los investigadores que constaron la existencia de una organización criminal, con sedes en Torroella de Fluvià y Castelló d’Empúries, dos municipios del Alt Empordà desde donde controlaban a sus víctimas. La banda, formada por cinco personas de nacionalidad búlgara y una española, captaba principalmente a jóvenes búlgaras para explotarlas sexualmente. Los agentes también constataron que la organización extorsionaba a otras mujeres que ejercían la prostitución callejera en Empuriabrava, municipio turístico de la Costa Brava, hasta conseguir el control de la zona. Los arrestados no dudaban en emplear amenazas o la violencia física para que las mujeres siguieran siendo explotadas.
Durante la actuación policial, los agentes registraron los dos domicilios de Castelló d’Empúries y Torroella de Fluvià donde practicaron las seis detenciones y donde hallaron 88 cartuchos, 25 plantas de marihuana que pesaban 18 kilos, unos 3.000 euros en metálico y documentación de los arrestados. El grupo se había especializado en la distribución de droga en la zona.
La actuación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual, puesto en marcha en el 2013. Desde entonces y hasta el 2016, en Catalunya se han registrado 136 víctimas de trata sexual, la cifra más alta de España. El 65% de mujeres proceden de países de la Unión Europea.
Las víctimas sufrieron explotación laboral y sexual, y la banda las obligaba también a robar a los clientes