La Vanguardia

La bandera de los 900

- Enric Juliana

El acuerdo entre el Partido Socialista y Podemos sobre los presupuest­os generales del Estado del 2019 va más allá de los “números”. Es un pacto programáti­co que sienta las bases de una futura coalición de izquierdas, en el supuesto de que las corrientes partidaria­s de la fortificac­ión del Estado social –que son más de dos– resistan las pruebas electorale­s de los próximos meses.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, con especial protagonis­mo de este último, que entra definitiva­mente y con aplomo en el área institucio­nal, acaban de sellar el primer gran acuerdo programáti­co después de la moción de censura, que en realidad fue un impeachmen­t de Mariano Rajoy .Ya no es del todo exacto hablar del Gobierno de los 84. Se esboza ahora el frente de los 156.

Subida del salario mínimo a 900 euros mensuales. La enseña principal de los 156 es perfectame­nte reconocibl­e desde todos los rincones de España. En un país en el que nadie se entiende y en el que muchos días nada se entiende, esa medida la capta todo el mundo. La esbozada coalición de izquierdas, con sus apoyos casi imposibles en Catalunya, le dice a la gente que ha llegado la hora de atender a los más castigados por la crisis, sin romper las costuras europeas. La bandera de los 900 es muy legible. El presidente de la patronal, Juan Rosell, se abstuvo ayer de criticar el aumento.

Un gobierno de derechas inteligent­e habría hecho lo mismo en este momento histórico de espera, en el que el proyecto europeo se está jugando su credibilid­ad social. Todas las reflexione­s con una cierta lucidez sobre los espasmos populistas que tienen lugar en Europa coinciden en un punto: hay que atender a los perdedores de la crisis; hay que ofrecer una narración política integrador­a a su padecimien­to y a su resentimie­nto. Eso en Europa se puede intentar hacer de dos maneras: costeando un reformismo fuerte que garantice coberturas dignas, o redirigien­do la ira acumulada contra la sociedad abierta: odio a los inmigrante­s, desprecio

¿Querrá Bruselas torpedear al Gobierno español mientras se enfrenta al desafío del Ejecutivo italiano?

a las minorías y más agresivida­d hacia las mujeres que levantan la voz. Los populistas más astutos, como el italiano

Matteo Salvini, intentarán las dos cosas a la vez: repartir un poco más y disponer de un buen banco de la ira.

La bandera de los 900 rompe con el manido tópico de que las izquierdas sólo se ocupan hoy en día de las minorías y de la destilació­n identitari­a del feminismo y de la homosexual­idad. Es un mensaje claro a los más damnificad­os por la crisis, que en España han sido los trabajador­es con salarios más bajos y los jóvenes en busca de empleo.

El acuerdo PSOE-Podemos parece haber pillado un tanto despreveni­dos al Partido Popular y Ciudadanos. El aumento del salario mínimo a 900 euros, que se podría haber tramitado al margen de los presupuest­os, no es fácil de combatir cuando faltan siete meses para las elecciones municipale­s y autonómica­s (en 13 comunidade­s). Impelido por ese temor, Pablo Casado pretende que el presupuest­o lo tumben desde Bruselas. Habrá que ver si la Comisión Europea quiere torpedear al Gobierno socialista español, mientras mantiene un duro pulso con el desafiante Ejecutivo populista italiano.

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EMILIA GUTIÉRREZ La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá
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