Pasqual acusa a los políticos catalanes de “secuestrar a la gente”
Espert tacha de mentira el ataque que originó la marcha del dramaturgo
El exdirector del Teatre Lliure no se alteró ayer lo más mínimo cuando, en la presentación de una obra sobre el Romancero gitano en el Teatro La Abadía de Madrid, arremetió contra los líderes del procés. Porque, aunque no citó de modo explícito ninguna filiación, estaba claro que el exdirector del Lliure se refería sobre todo a los dirigentes independentistas al hablar de “los políticos” que “no hacen su trabajo cuando se convierten en agitadores”. Y es que “lo que ha habido en Catalunya –opinó– es básicamente una agitación que ha conducido a la gente a la calle una y otra vez. Nos han dicho que saliéramos, repetidamente, insistiéndonos en que la calle era la fuerza. Y no me parece justo. Eso se puede hacer una vez, pero no constantemente porque eso es secuestrar a la gente; secuestrarla en la calle”.
El dramaturgo añadió que “cuando hay una guerra en un país, cuando las cosas son o blancas o negras y se apela a sentimientos irracionales y primarios”, entonces “todo se contamina”: desde las relaciones personales y familiares hasta “todo lo que uno hace durante el día”.
Ese ambiente de “tensión continuada en Catalunya” creó el contexto especial en el cual él –explicó– se vio empujado a dejar el Lliure. Aunque el desencadenante fue otro, como también recordó Pasqual al lamentar una vez más la “calumnia” de la joven actriz Andrea Ros, que en Facebook lo acusó de haberla maltratado de palabra durante un ensayo cuatro años atrás. La denuncia, formulada en julio, fue secundada y jaleada por un “falso colectivo feminista” cuyas responsables dijeron representar a 800 mujeres “y luego resultó que eran veinte”, dijo Pasqual.
“No sé si el independentismo tiene un papel en el vodevil que he vivido”, dijo el dimisionario. “Lo que sí sé –precisó– es que dos medios declaradamente independentistas , TV3 y el diario Ara ,se apuntaron a las denuncias de ese colectivo inexistente sin haber comprobado antes la autenticidad de la fuente”.
Junto a Pasqual compareció Núria Espert en tanto que protagonista única del Romancero gitano bajo su dirección.
La actriz representará la obra en La Abadía del 17 de octubre al 11 de noviembre. Será una lectura sobria del célebre poemario a las que ella sumará “chispazos” de sus evocaciones personales de Lorca más algunos pies y comentarios a los poemas que el propio autor granadino les añadió durante una conferencia en 1935.
Espert dedicó buena parte de su intervención a defender a Pasqual y desmentir a quienes lo acusaron y provocaron su renuncia a primeros de septiembre. Empezando por Andrea Ros, a la que acusó de “mentir” cuando escribió en la red que el director teatral la “ridiculizó y puso en evidencia” en un ensayo del año 2014. “Lo que la muchacha dijo que pasó, no pasó en absoluto”, repitió varias veces la veterana, que estaba delante en aquella sesión preparatoria de El rey Lear. Ros interpretaba el papel de la joven Cordelia y lo que ocurrió –según Espert– fue lo siguiente: En un momento dado, Pasqual “dio una indicación” a la chica. Ella contestó: “Vale”. Y él replicó: “Dices ‘vale’ pero no lo haces”. “Eso fue todo”, insistió la excepcional testigo del incidente. Así que, según ella, Ros sencillamente “mintió”.
Lo peor para el director teatral vino sin embargo después, cuando no sólo el “inexistente colectivo feminista” se lanzó contra él sino que la controversia “contaminó a una parte” del personal del Lliure. Eso creó “un clima tenso” en el cual él no podía trabajar. Por eso se fue. Lo cual “no es tan dramático”, dijo. Porque, al fin y al cabo –apostilló–, “ni yo soy el mismo de 1976 ni el público ni el mundo son tampoco los mismos”. Está claro que no.
“No sé qué papel ha tenido el independentismo en este vodevil, pero la tensión en Catalunya afecta a todo”