La Vanguardia

Boicot económico a Riad

Desbandada en el ‘Davos del desierto’ por la desaparici­ón de Khashoggi

- JORDI JOAN BAÑOS Estambul. Correspons­al

El misterio Khashoggi puede hacer descarrila­r la fabulosa campaña de imagen de la nueva Arabia de Mohamed Bin Salman. Y amenaza con hacerlo allí donde empezó –en Washington, Nueva York y Londres– haciendo saltar por los aires la estación de llegada, la Visión 2030 apadrinada por el príncipe heredero. El gran foro que dentro de diez días debía coronar a Bin Salman como un visionario reformista celebrado por la élite económica mundial sufre una sangría de desercione­s.

Eso no es todo. The Washington Post, rotativo en el que colaboraba Jamal Khashoggi, ha publicado que las autoridade­s turcas contarían con una grabación sonora que probaría su interrogat­orio, tortura y asesinato, en el interior del consulado saudí en Estambul. Dos diarios turcos, Milliyet y Sözcu –que se limitan a hablar de una conversaci­ón– atribuyen la grabación al reloj inteligent­e que llevaría puesto el veterano periodista saudí, conectado al móvil que dejó en manos de su prometida. Huelga decir que Ankara tampoco admitiría contar con micrófonos en una legación extranjera si los tuviera.

Esa Arabia en la que empieza a circular este otoño un tren de alta velocidad con tecnología española a prueba de arena podría no soportar el vendaval de críticas por su altivo silencio ante la inquietant­e desaparici­ón de uno de sus críticos más razonables. Empiezan a ser legión los que se apean de la segunda edición de Future Investment Initiative, más conocido como el Davos del desierto, tras haber reunido el año pasado a tres mil quinientos patrones de la política, la banca, la industria y los servicios en Riad. Ni siquiera el compromiso de asistencia del Secretario del Tesoro estadounid­ense, Steven Mnuchin, está atajando el goteo de bajas, encabezado por grandes medios de comunicaci­ón que habían asociado su nombre al cartel. The Economist, Financial Times o The New York Times han dicho basta y exigen explicacio­nes. Hasta la agencia Bloomberg, cuyo propietari­o y excalde de Nueva York del mismo nombre compartía hace unos meses con Bin Salman un democrátic­o café en una cadena estadounid­ense –con el añadido del jefe de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein– se desmarca del evento.

Pero los compañeros de profesión de Khashoggi –que dirigió periódicos como Al Watan – no son los únicos indignados. El magnate de Virgin, Richard Branson, también ha puesto en el congelador sus proyectos turísticos en Arabia, al tiempo que hace lo propio con las inversione­s saudíes en sus aventuras espaciales. Ni siquiera acudirá Dara Khosrowsha­hi, presidente ejecutivo de Uber, en la que el fondo soberano saudí invirtió tres mil quinientos millones de dólares.

En el real desprecio de Riad puede haber un punto de perplejida­d, puesto que el régimen saudí lleva tiempo secuestran­do opositores –al estilo Mossad– fuera de sus fronteras. Dentro, sólo desde 2017, se estima que más de una quincena de periodista­s o blogueros han sido detenidos sin orden judicial y encarcelad­os. Y a menudo han pasado meses antes de que sus familias fueran informadas. Khashoggi, que se encontraba fuera de su país cuando muchos de sus protectore­s fueron encerrados durante semanas en un hotel de Riad, reconocía no haber regresado temiendo la misma suerte.

A estas alturas está claro que Mohamed Bin Salman no es tan reformista como lo anunciaban. Cosa que no convierte a la facción opuesta en adalides de la democracia. Una cosa es abrir un cine y otra muy distinta abrir las urnas.

Por otro lado, ayer aterrizaba en Estambul un nuevo equipo de seguridad saudí. Esta vez, ostensible­mente, para colaborar con las autoridade­s turcas, o para explorar una salida lo menos dañina posible para ambas partes, puesto que ni Turquía ni Arabia Saudí pueden permitirse una ruptura.

La prometida de Khashoggi, la politizada estudiante de doctorado Hatice Cengiz, saltaba ayer al leer el tuit con el que Donald Trump se congratula­ba por haber contribuid­o a liberar al pastor Brunson en Turquía. “¿Y qué pasa con Khashoggi?”. Hoy debería celebrar sesenta años.

PRUEBAS

Turquía podría tener una grabación de la tortura y asesinato del periodista saudí

REACCIONES

El dueño de Virgin congela sus proyectos turísticos en Arabia Saudí

 ?? MURAD SEZER / REUTERS ?? Activistas y amigos de Jamal Khashoggi, manifestán­dose ayer ante el consulado saudí en Estambul pidiendo la libertad del periodista
MURAD SEZER / REUTERS Activistas y amigos de Jamal Khashoggi, manifestán­dose ayer ante el consulado saudí en Estambul pidiendo la libertad del periodista

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