La cultura va a clase en Girona
El festival Temporada Alta lleva las artes a miles de alumnos con el proyecto A tempo
Una de las obsesiones desde hace años del director del festival Temporada Alta, Salvador Sunyer, es la escueta o nula relación entre la cultura y el sistema educativo en Catalunya. Cada uno va por un lado y apenas se cruzan. Lo cual acaba representando un problema para los diferentes sectores culturales, que ven como las nuevas generaciones de público no salen de las escuelas sino que el futuro público se lo tienen que construir ellos más o menos precariamente. Pero no se trata sólo de eso. Se trata también que el mundo de la cultura, sus técnicas, sus aprendizajes, las reflexiones de sus obras, podrían resultar muy útiles en las escuelas, podrían cambiar incluso la forma de aprender.
Y finalmente el año pasado Sunyer, a través de la fundación del festival Temporada Alta, La Ciutat Invisible, presidida por Joaquim Nadal, lanzó el proyecto A tempo, Arts i Formació para conseguir ligar el mundo cultural y educativo de Girona durante los tres meses que dura el festival y más allá. El resultado fue un éxito –participaron 28 centros educativos, 3.845 estudiantes, 182 docentes y 77 artistas– y este año la apuesta, patrocinada por la Fundació Banc Sabadell, ha crecido y ha profundizado sus contenidos, y espera hacerlo mucho más aún en los próximos años: Sunyer cuenta que el seminario que se celebró en julio para profesores de escuelas e instituto “interesados en cómo entrar las artes en el mundo de la enseñanza tenía 64 plazas y quedó gente en la calle, y nos gustaría que se convirtiera en una especie de universidad de verano. De aquí unos años podemos imaginar doscientas o trescientas personas instaladas en julio en Girona trabajando cómo introducir las diferentes artes en el aula”.
Nadal recuerda que “las artes tradicionalmente han sido marías en el mundo educativo de la primaria y la secundaria. Ahora se trata de ponerlas delante, darles el valor que tienen y convertir la relación entre educación y cultura en un elemento motriz de la sociedad del conocimiento. Se trata de llevar las artes a la escuela y la escuela a las artes”. Es una apuesta estratégica para Sunyer, que dice que su idea de festival para los próximos cuatro años es que no crezca tanto hacia arriba como “hacia abajo, arraigándolo más a la zona, sobre todo a través de las áreas de la formación, de enseñanza”. Y por eso la apuesta de A tempo ha de crecer.
Por un lado está el seminario para ayudar “a los profesores que están en la trinchera diaria a integrarlas las artes”. “No se trata de hacer teatro o danza en las aulas, sino de utilizar el teatro o la danza para cambiar la forma de enseñar”, señala el director de Temporada Alta. Pero además de eso A tempo hace que los artistas y las artes entren en el aula, e incluso ayuda a producir proyectos escolares: el año pasado fue la obra Mai més set! Mai més gana! , en la que 380 niños y niñas del colegio La Farga protagonizaban un espectáculo sobre sus muy diversos orígenes. Este año, en colaboración con ConArte Internacional, se presentará El cos es cola a cargo del IES Salvador Espriu de Salt.
La entrada en las aulas se hace de dos maneras. Una, a través de Artistas en el aula, “que significa que pedimos a muchos artistas que llegan a Temporada Alta que entren en los institutos y las escuelas a hacer masterclass”, dice Sunyer. No se trata de explicar el espectáculo que están haciendo para que los niños lo vayan a ver, sino de sesiones de hora y media ligadas al currículum escolar: “Cómo ese oficio que tienen los artistas les puede enseñar a niños y niñas a hacer las cosas de otro modo: por ejemplo Pere Arquillué les puede enseñar cómo se lee en voz alta en público, o les pueden explicar cosas de movimiento o relacionadas con valores”. “Siempre se hace en el aula y como son espectáculos que los artistas llevan a Temporada Alta, se invita a los niños a ir a ensayos generales para que entren en el mundo artístico”.
Y luego, claro, se ofrecen obras en escuelas e institutos que abren debates de actualidad desde una mirada crítica. A los espectáculos que ya se ofrecían en la edición anterior, La Corda, de Clàudia Cedó, sobre el maltrato, y La llavor del foc, de Babou Cham y Carlota Subirós, sobre la diversidad, se le suma una adaptación para primaria de Romeo y Julieta de la mano de Rosa Gàmiz y Oriol Broggi. Para bachilleratos y ciclos formativos los temas que han preparado son potentes: Albert Berta, sobre la diversidad sexual, hecho a partir de un espectáculo de Les impuxibles que Marc Rosich ha adaptado, y la instalación de Àlex Rigola Macho man sobre el feminicidio y la violencia de género. Unas obras que, sin duda, mostrarán que el arte puede resonar en las aulas.
EL PROBLEMA Temporada Alta quiere cambiar la nula relación en el país entre educación y cultura
LA SOLUCIÓN
Las artes entran en las aulas con artistas y obras y hay seminarios para profesores