Trump atribuye a “matones que iban por libre” el caso Khashoggi
El presidente explica que el rey de Arabia Saudí niega rotundamente saber nada
Ya tiene la clave. El presidente Donald Trump encontró la respuesta al enigma tras hablar ayer con el rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz. Este interlocutor le negó cualquier conocimiento de lo ocurrido al periodista disidente Jamal Khashoggi.
“Me ha dicho que no sabe nada. Y me lo ha dicho con mucha firmeza. No quiero entrar en su mente, pero esto me suena a mí que tal vez sea el trabajo de matones que iban por libre”, sugirió.
Una vez realizada la llamada, Trump envió de inmediato a Mike Pompeo, jefe de la diplomacia estadounidense, a aquel país y probablemente a Turquía.
Sin embargo, la CNN, citando fuentes saudíes, aseguró anoche que Arabia Saudí se disponía a reconocer la muerte de Khashoggi en su consulado de Estambul, adonde lo atrajeron. Habría sido una operación sin autorización gubernamental que derivó en “un accidente al írseles la mano en el interrogatorio”, subrayó la CNN. “Nadie sabe” si esa información es oficial, dijo al respecto el presidente Trump.
Existe un dicho en el periodismo –muy anterior al encumbramiento de las fake news del trumpismo–, para denunciar la falta de ética de según qué informaciones: “Que la realidad no te estropee una buena noticia”.
El presidente Trump, que expresa tan poco cariño por los informadores, a los que califica de “enemigos del pueblo”, ha hecho una revisión personal de ese citado dicho. “Que un asesinato, descuartizamiento incluido, no te desmonte un jugoso negocio”.
Esta afirmación, de dudosa moralidad, resulta de aplicación en la conducta de Trump a la hora de encarar la crisis por desaparición del periodista Khashoggi, autoexiliado en Estados Unidos, crítico con las reformas del príncipe heredero Mohamed bin Salman –y gran amigo del yerno Jared Kushner– y articulista del The Washington Post.
El 2 de octubre, Khashoggi acudió al consulado de Estambul. Los turcos aseguran que tienen grabaciones en que se confirman las torturas y más. Ante la presión, las autoridades de Riad autorizaron ayer que los turcos entren a revisar el consulado. Pasados trece días, los expertos se plantean qué evidencias se pueden hallar en ese lugar.
Trump insistió, en declaraciones previas a su visita a Florida tras el impacto del huracán Michael, que no se va a dejar nada sin revisar. También prometió un “severo castigo” (sin aclarar), a la vista del escándalo internacional.
Aunque remarcó que “nada está fuera de la mesa”, la noche del domingo, en una entrevista para el programa 60 Minutes, descartó que esa represalia suponga cancelar el envío de armas a Arabia Saudí por valor de 110.000 millones de dólares. “Ellos pidieron equipamiento militar. Todos en el mundo quieren recibir este pedido. Rusia lo quiere, y China. Y nosotros, que lo conseguimos”, contestó. El entrevistador reiteró la cuestión. “No quiero perder puestos de trabajo, ni un encargo como este, hay otras maneras de sancionar”, replicó.
Según la CNN, Arabia Saudí se disponía a reconocer la muerte del periodista durante el interrogatorio