Objetividad y reflexión
Sorprende observar la fijación de ideas que existe en Catalunya, a pesar de que el procés ha deparado un presidente de la Generalitat que anima a la confrontación, facilita asaltar el Parlament, desautoriza a las fuerzas del orden, se enreda con ultimátums, ve enfrentarse a sus partidos independentistas, le amenazan asociaciones afines, y consigue que los más decepcionados se instalen en la violencia. Hecho, este último, cuya ausencia enorgullecía y pretendía distinguir, y ahora se desvanece.
Incluso respetables sentimientos de ayer ahora se transforman en incomprensibles obcecaciones, como decir que el Gobierno central presionó a La Caixa y a Banc Sabadell para que se fueran de Catalunya, cuando ambos temblaban porque en una semana los catalanes les retiramos depósitos por 6.000 millones de euros, es decir, un 10% de lo que teníamos en estas instituciones.
Sin objetividad, capacidad de reflexión y de cambio, mal futuro espera a nuestra dolça Catalunya. JOSEP PAGÈS MARTÍ Barcelona