Apasionado jinete
JOAQUÍN CALVO JAQUES (1937-2018) Presidente de honor del Real Club de Polo
Desde su infancia, Joaquín Calvo Jaques fue un gran amante del deporte en general, pero un auténtico apasionado del mundo de la equitación. Y lo fue tanto como aficionado –fue un jinete que montaba casi a diario–, como persona dispuesta a regir los destinos de la Real Federación Hípica Española. Por ello se presentó a las elecciones en el 2005, quedándose por pocos votos a las puertas de hacerse con el cargo. En cualquier caso, su casa de siempre fue el Real Club de Polo de Barcelona, del que era presidente de honor y del que había sido presidente desde 1995 al 2002. Lo hicieron socio del regio club barcelonés de equitación a la edad de siete años por lo que podría decirse que pasó allí gran parte de su vida.
Como presidente del Real Club de Polo de Barcelona, además de revitalizar las diversas secciones del club fue un gran impulsor del Concurso de Saltos Internacional de Barcelona CSIO, que actualmente goza de gran prestigio y aceptación entre los aficionados a esta disciplina.
Joaquín Calvo era licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona y analista financiero del New York Institute of Finance. Considerado un gran gestor y un hombre de gran iniciativa y empuje, estuvo desde siempre muy vinculado a instituciones de la sociedad civil barcelonesa. Además de a su adorado Club de Polo, Calvo estuvo muy apegado y tuvo un gran protagonismo hasta el final en el Círculo del Liceo.
Fue presidente de este selecto club del 2001 al 2009. Llegó al frente de esta institución después de sacar a su rival en las elecciones internas más del doble de los votos escrutados. Llegó hasta allí después de haber dirigido una gestora que mantuvo al día el funcionamiento de la entidad tras la dimisión del que fue su antecesor, Joan Anton Maragall. Fueron aquellas elecciones, las que Calvo ganó, las primeras en que participaron mujeres, que acababan de ser admitidas como socias. Se considera a Calvo como uno de los principales impulsores de esa reforma que cambió para siempre la fisonomía del club.
Muy apegado a la sociedad civil barcelonesa, fue también presidente del Círculo del Liceo