Bolt: “¿Y por qué tengo que pasar una prueba hoy?”
El exvelocista, ahora futbolista, protesta en las redes por tener que pasar un control
La última carrera de Usain Bolt (32) acabó mal. Ocurrió en Londres, en los Mundiales de atletismo del año pasado. Bolt disputaba la última posta del relevo jamaicano de 4x100. Agarró el testigo, arrancó y el isquiotibial se le abrió como una cremallera.
Le vimos tumbado sobre el tartán, retorciéndose de dolor. Y luego dijo que ya basta.
Como atleta ya lo había hecho todo.
Entonces anunció que quería ser futbolista. Uno profesional.
Probó con varios clubs británicos y alemanes hasta que otro, australiano, le abrió las puertas. El fin de semana pasado, Bolt compartía un vídeo en las redes. Aparecía en un partido amistoso, anotando un gol con el Central Coast Mariners. De hecho, logró dos tantos. Luego apoyó la rodilla sobre el césped y señaló al cielo con el pulgar. Ofrecía su gesto, el Bolt Lightning. ¡Cuántos chavales lo imitan ya!
Lo que pasa es que horas más tarde le llegaba una notificación. La Federación Australiana de Fútbol le citaba para un control antidopaje. Y el exvelocista, uno de los atletas más importantes de la historia, con sus ocho títulos olímpicos y sus plusmarcas mundiales del 100 y el 200 (9s58 y 19s19, respectivamente), explotó en las redes sociales:
“A ver chicos, me he retirado del atletismo y estoy trabajando para convertirme en un futbolista profesional. Pero mirad esto –denunciaba, mientras mostraba la notificación–. ¿Y por qué tengo que pasar un control antidopaje hoy? Ni siquiera soy un futbolista profesional todavía. En serio”.
“Le dije a la dama: ‘¿Por qué tengo que pasar un control antidopaje si ni siquiera he firmado por ningún club?’. Y ella contestó que le habían dicho que yo era un atleta de elite, y que por eso debía pasar el control. Bueno, vale”.
Lo cierto es que el Central Coast Mariners, que milita en la A-League (la máxima categoría en Australia), tiene a Bolt a prueba. La propuesta es compleja. Posiblemente nos encontremos ante un ejercicio de marketing, algo utópico.
Con el intercambio, el club cobra vida. Gana cierto interés en el escaparate internacional e incluso comprueba cómo miles de curiosos se declaran dispuestos a pagarse la entrada al Central Coast Stadium. Sin embargo, los mecanismos del fútbol no se asimilan de la noche al día. Y Bolt tiene cierta prisa: la A-League arranca este fin de semana.