Sears suspende pagos para afrontar su deuda
La histórica cadena trata de sobrevivir en la era Amazon
Réquiem por una era comercial. Hace más de un siglo, la pionera cadena Sears introdujo la innovación estratégica de vender de todo a todos. Pero las grandes superficies le causaron heridas y ahora el supermercado digital ha sido la estocada.
Sears, 125 años de historia y que lo fue todo en su dominio de la venta al por menor, presentó ayer en un juzgado su plan de quiebra. Así culmina una década de caída, con pérdidas que alcanzaron los 11.000 millones de dólares.
La sociedad se sirvió del plan de peticiones voluntarias conforme al capítulo 11 del Código de Bancarrota –concurso de acreedores– en el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York. De esta manera trata de protegerse de afrontar este lunes, día de vencimiento, el pago de 132 millones de dólares. El acuerdo con los acreedores le permitirá mantener abiertos cientos de establecimientos a lo largo del periodo vacacional que va desde las semanas previas al día de Acción de Gracias (el 22 de noviembre este año) hasta el final de la celebración navideña.
Sin embargo, el anuncio de ayer significa el cierre de 142 locales no rentables, bajo su nombre o el de Kmart, ambas marcas gestionadas por Edward Lampert, presidente de Sears Holding. A estas bajadas de persiana se suman otras 46 cuyo cierre está previsto que se complete el próximo mes. Otras 250 tiendas entran en una fase de evaluación.
Sears todavía gestiona 700 centros. Pero el declive es más que evidente. Llegó a tener más de 300.000 empleados y hoy suman alrededor de 68.000. Muchos de sus edificios se vendieron para paliar deudas que se acumulaban.
El plan de quiebra permitirá a la compañía buscar una estructura de capital sostenible y reestructurar el negocio. Según una nota del holding, y como parte de esta reorganización que hoy plantea la duda de si gracias a ella la sociedad logrará sobrevivir, Sears ha negociado un préstamo de 300 millones procedente de fondos de Wall Street para mantener los stocks y los empleados.
Además están en conversaciones para hacerse con un préstamo adicional de 300 millones del fondo de cobertura ESL Investments, propiedad de Lambert, quien renuncia a ser el jefe ejecutivo aunque seguirá de presidente de Sears.
“ESL invirtió tiempo y dinero porque creemos que la compañía tiene futuro”, remarcó Lambert en un comunicado. “Es muy triste y lamentable”, dijo Donald Trump al saber la noticia. “Sears era lo más cuando crecí”, añadió el presidente de EE.UU. Este es otro siglo.
El plan supone cerrar casi 200 tiendas y un préstamo de Wall Street de 300 millones de dólares