Del tecno patriarcado a la imaginación
Paul B. Preciado, Marina Garcés y Gayatri Spivak reúnen a mil personas en la segunda jornada de la bienal Ciutat Oberta
Del capitalismo tecnopatriarcal a la educación y las humanidades. La segunda jornada de la Bienal de Pensamiento Ciutat Oberta reunió ayer tarde a mil personas en la plaza Joan Coromines del Raval –aunque tiene muchos más escenarios en la ciudad– para hablar de capitalismo tecnopatriarcal con el filósofo Paul B. Preciado –autor del Manifiesto contrasexual– y de educación con la filósofa Marina Garcés y la profesora de Columbia Gayatri Spivak, autora de la ambiciosa Crítica de la razón poscolonial y que además ha fundado escuelas en su India natal.
Primero llegó la revolución sexual. “Una de las grandes preguntas de la filosofía es preguntarnos juntos qué nos pasa”, se preguntó Preciado. Y se respondió :“Hoy estamos inmersos en una guerra por la detención y el uso no ya de los medios de producción, como ocurrió en el siglo XIX, sino de los medios de reproducción. Estamos en uno de los momentos más revolucionarios de la historia en términos de las políticas de género y sexualidad”.
Para Preciado, “estamos travesando un cambio de paradigma de profundidad semejante al que tuvo lugar en el Renacimiento y en la modernidad temprana.La mayoría de los estudios de la transformación en curso se refieren a procesos identificados como atributos del neoliberalismo: la financiarización de la economía, la mecanización y robotización del trabajo. Siempre el diagnóstico que escuchamos desde la derecha y la izquierda es en términos de medios y regímenes de producción. Pero la revolución, y la contrarreforma, se están produciendo en la lucha por los medios de reproducción. El cuerpo en el siglo XXI es lo que la fábrica fue en el XIX, el lugar central donde se llevan a cabo los procesos de apropiación, expropiación y lucha política. Hoy se decide qué significa un cuerpo humano vivo, orgánico o inorgánico, con estatuto legal y político”.
Preciado trazó una historia de la sexualidad que pasó del padre necropolítico, que se definía por la violencia que podía ejercer con mujeres, niños y medioambiente, a la madre biopolítica, con su reproducción controlada por el sistema. Más tarde apareció su hijo cyborg en el mundo de las hormonas y la píldora. Dicho lo cual, animó a desmontar todos los constructos heredados sobre ser hombre, mujer, homosexual o heterosexual: “¿Qué es la heterosexualidad sino es reproductiva? Se convierte en una ficción far maco pornográfica ”, sintetizó.
Tras él llegó Gayatri Spivak entrevistada por Marina Garcés para hablar de educación. Insistió en la importancia de entrenar la imaginación como tarea de profesores y alumnos. “Imaginación es una palabra grande, cuando la uso piensan que hablo de la Ilustración del XVIII. Lo que quiero decir es ser capaz de pensar en algo que no está aquí. Y para ser capaz de entrenar la imaginación te has de suspender a ti mismo. Educar no es empaquetar conocimiento y pasarlo a la siguiente generación. Educar es cocinar las almas. Para que seamos por ejemplo capaces de usar el mundo digital no con la mentalidad del siglo XIX actual. Imaginar es entrenarnos en suspendernos a nosotros para ir hacia
Preciado: “¿Qué es la heterosexualidad si no es reproductiva? Se convierte en una ficción far maco pornográfica”
los otros y sacar respuestas de ahí. Imaginación es el impulso de resistir el yo sé, yo puedo hacer” .
Respecto a las humanidades, dijo que “deben tener el coraje de reconocer que están ahí para complementar la uniformidad requerida por lo global. Complementar es algo que rompe la totalidad en todo ese trabajo, esa financiación fluyendo por aquí y allá. Las humanidades deben decir que eso no es total, poner una cuña. Las humanidades deben decidir, en esta situación imposible donde son trivializadas y no tienen recursos, que en vez de rendirnos decimos colectivamente que sin nosotros la conciencia del mundo será asesinada. Las humanidades enseñan activismo imaginativo preparando a la persona para la conjunción global”.