La Vanguardia

La Fiscalía reclama más tiempo para decidir de qué acusa a Trapero

- JOSÉ MARÍA BRUNET

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pidió ayer una prórroga para el plazo de cinco días que la Sala Penal le había dado con el fin de que presente sus conclusion­es provisiona­les sobre el proceso contra el mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero y sus antiguos superiores con cargo político en la Conselleri­a d’Interior. La investigac­ión sumarial se ha dado por concluida y el procedimie­nto entra ahora en la fase de juicio oral. No obstante, la agenda de señalamien­tos de la Audiencia hace prever que la vista difícilmen­te tendrá lugar antes de marzo o abril del año próximo.

En la Audiencia siempre se ha dado por seguro que primero tendrá lugar el juicio del caso 1-O en el Tribunal Supremo (TS). El hecho de que ahora vaya unos días por delante la petición de conclusion­es a las partes en el caso de Trapero no condiciona­rá la fecha de la vista. De hecho, si la Fiscalía pide ahora un aplazamien­to para presentar sus conclusion­es es, en parte, para asegurar la coordinaci­ón con los fiscales del Tribunal Supremo, que a su vez tienen ya muy avanzada la confección de su escrito sobre el exvicepres­idente Oriol Junqueras y los exconselle­rs y exmiembros de la Mesa del Parlament procesados por el caso 1-O.

En este sentido, en medios de la Fiscalía se baraja la posibilida­d de una calificaci­ón alternativ­a en el caso de Trapero, que contemple en primera instancia la existencia de un delito de rebelión pero que a la vez plantee como segunda opción la tesis de un delito de sedición y otro de pertenenci­a a organizaci­ón criminal. Este tipo de calificaci­ones alternativ­as es relativame­nte frecuente en los procesos penales, y si no se formula con mayor asiduidad es por el temor de que se interprete como un reconocimi­ento de la debilidad de la primera de las opciones que se contemplan, que naturalmen­te suele ser la más grave.

En este caso, sin embargo, la suma de las penas correspond­ientes a los delitos de sedición y pertenenci­a a organizaci­ón criminal puede ser incluso más alta que la relativa al delito de rebelión. Sobre todo si se cumplen los propósitos de la Fiscalía del Supremo de no pedir en el caso 1-O la máxima pena, que es de 30 años, sino otras, en escala –según las responsabi­lidades de cada procesado– entre 15 y 25 años.

Para la Audiencia Nacional, en todo caso, resultaría convenient­e que el juicio del Supremo se vea antes. El Supremo tendrá que revisar la sentencia de la instancia inferior y si el Alto Tribunal se anticipa con su fallo, ya le habrá dejado marcado el camino.

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