LAS CLAVES
1
Los artistas de Montmartre mantienen una actitud crítica en relación con la sociedad francesa y con la burguesía de París. La temática de sus obras, donde se reflejan desde la pobreza en las calles a la dureza de la prostitución, forma parte de este denuncia social.
2
Los espacios tradicionales para la presentación de las obras de arte académico dejan paso a nuevos escenarios insospechados como los cabarets, los teatros experimentales o el circo, los libros y revistas populares, pero también a la calle, a través de los carteles y los pasquines.
3
El humor, la sátira, la caricatura, la parodia son los instrumentos que la comunidad artística utiliza para difundir sus propuestas y con ello contribuye a renovar el lenguaje artístico. Son los predecesores del dadaísmo o del surrealismo que emergerán años más tarde y con mayor virulencia.
4
Los nuevos procesos de impresión fotomecánica, que evolucionan rápidamente durante el último cuarto de siglo, ofrecen a los creadores un nuevo espacio de expresión. Algunas de estas revistas llegan a tener una tirada de 300.000 ejemplares.
5
El espíritu de Montmartre no puede limitarse a un espacio geográfico como ese barrio del norte de París. Era un estado de ánimo, una mentalidad vanguardista que se traslada a los nuevos centros de ocio que surgen en distintas ciudades, en las agrupaciones de artistas y escritores que nacen en distintos países y en las nuevas formas de expresión que se consolidan con el cambio de siglo.