Rosell se despide resaltando los acuerdos alcanzados
La CEOE carga contra el plan presupuestario del Gobierno
Apenas unas semanas antes de que se produzca el relevo en el liderazgo de la patronal, el aún presidente de la CEOE, Juan Rosell, aprovechó ayer para hacer balance de su mandato de ocho años ante la junta directiva. Rosell puso el acento en el consenso alcanzado con los sindicatos mayoritarios y con el gobierno de turno, así como en el incremento del peso de las cuotas en la financiación de la patronal. Entre el 2010 y el 2018, destaca una nota por la CEOE, la organización empresarial firmó una quincena de acuerdos en materia laboral. El comunicado destaca especialmente los acuerdos para el empleo y la negociación colectiva (AENC), que han servido para consensuar con CC.OO. y UGT, entre otras cuestiones, una recomendación básica sobre la evolución de los salarios para trabajadores con convenio.
Rosell, que llegó a la CEOE en un momento difícil, en sustitución de Gerardo Díaz Ferrán, también puso en valor la aplicación de políticas de transparencia, junto a la aprobación de un código ético, con “valores y pautas que deben guiar el comportamiento” de los miembros de la patronal. Además, el informe del presidente resalta cómo las cuotas han pasado de representar la mitad de los ingresos de la organización en el 2010 al actual 83%.
En la última junta directiva para Rosell como presidente de la CEOE, las propuestas presupuestarias confirmadas a principios de semana por el Gobierno centraron buena parte de la reunión. La patronal mantuvo el tono de dura crítica hacia el Ejecutivo de Sánchez, al poner en cuestión tanto el incremento de los gastos previstos para el 2019 como la previsión de ingresos. En un comunicado hablaron de “preocupación” por las medidas recogidas en el plan presupuestario.
Fuentes conocedoras de la reunión afirman que, ahora que Antonio Garamendi está a punto de tomar las riendas de la CEOE, varios miembros de la junta directiva reclamaron iniciar una etapa con un perfil más “valiente”. En general, se expresó el rechazo contra el aumento de la presión fiscal para las empresas (cambios en sociedades, nuevo impuesto de transacciones financieras, nueva tasa digital) y contra el incremento en los salarios y de las cotizaciones (subida del 22% del salario mínimo y anuncio del destope de la cotización para los trabajadores que más ganan). Sobre la mejora del SMI hasta los 900 euros, avisaron de que “tendrá efectos negativos en la negociación colectiva”, además de “cuestionar” el diálogo social entre patronal y sindicatos. Durante la junta, se llegó a plantear que en los convenios aún en negociación los empresarios se opongan a aplicar la recomendación de subida salarial de hasta el 3% y el mínimo de 14.000 euros anuales –todo ello recogido en el último AENC–.