Bruselas expresa dudas sobre el cumplimiento del déficit
El plan español no permite tener un retrato completo de las medidas planeadas
La Comisión Europea considera que hay riesgos de un posible incumplimiento del objetivo fijado por el Gobierno español de reducir un 0,4% el déficit estructural el próximo año, y pide que se le suministre información adicional para el próximo lunes. En la carta formal enviada ayer por la tarde a Madrid, se indica que el plan presupuestario español fija un esfuerzo estructural en el 2019 de 4 décimas, pero que “a partir de la limitada información disponible, no excluimos un riesgo de cierta desviación del esfuerzo requerido”. Uno de los puntos principales de la carta es la insistencia en falta de información para poder hacer una evaluación completa de las medidas suministradas, lo que les lleva a no descartar que el ajuste presupuestario pueda quedarse corto.
Respecto a esta reducción del déficit estructural, el que es independiente del ciclo económico, el objetivo que en realidad tiene fijado España es de un 0,65% en 2019, pero el gobierno decidió acogerse al margen de flexibilidad permitido para repartir el esfuerzo en dos años, el 2019 y el 2020. Para ello, en el próximo año estableció un objetivo del 0.4%, precisamente el que Bruselas, en esta carta, no ve garantizado que pueda conseguirse. No se entra en detalles de las bases de sus dudas, no se indica si provienen del cálculo que se hace de las previsiones de recaudaciones de los nuevos impuestos, que forman una base fundamental del plan presupuestario para compensar el aumento del gasto. Simplemente se indica que no excluyen el riesgo de desviación y que la información disponible es limitada.
Por otro lado, también se señala que el aumento de los gastos primarios netos es del 1,7%, cifra que excede los máximos recomendados, que eran del 0.6%. Además, se cuestiona que España cumpla con las normas que exigen la reducción de la deuda pública.
En la carta, se toma nota que aún no se ha presentado el proyecto de presupuestos al parlamento español, por lo cual piden que “si hubiera diferencias substanciales” entre el proyecto de presupuesto que finalmente se presente y el plan entregado a Bruselas, que se actualice la información lo antes posible. Bruselas también insiste en que la falta de información le impide evaluar satisfactoriamente las medidas presentadas. Se afirma que el plan “no da un retrato completo de las medidas planeadas”, y que es importante “facilitar a la Comisión Europea toda la información necesaria en las diversas medidas, especialmente en lo que se refiere a su impacto presupuestario, para facilitar su evaluación”.
Para ello, da un margen reducido de tiempo para que el gobierno español facilite las respuestas. Las espera para el lunes. El mismo plazo por otra parte que se otorga a los otros 4 países que ayer recibieron cartas requiriendo información adicional sobre los planes presupuestarios. Se trata, además de España, de Francia, Bélgica, Portugal, y Eslovenia. En todos estos casos, las cartas van firmadas por un director general de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea, Marco Butti, y dirigidas a funcionarios de los ministerios respectivos, en el caso español, al Secretario General del Tesoro, Carlos San Basilio Pardo. Es un intento de diferenciar estos cinco casos del problema italiano, mucho más grave.
España, Francia, Portugal, Bélgica y Eslovenia tendrán que entregar el lunes información adicional
El procedimiento empleado y los plazos son los mismos, pero la envergadura de los problemas es muy distinta lo que se refleja en el tono de las cartas.
La primera reacción del Ministerio de Economía fue una nota en que califica la carta de “documento técnico” en que se les requiere determinada información para facilitar el análisis de los servicios de la Comisión para valorar el plan presupuestario presentado. En los dos años anteriores, el 2016 y el 2017, el gobierno español también recibió cartas del Ejecutivo comunitario solicitando información adicional, siguiendo el mismo procedimiento. Este fue uno de los argumentos que destacó el jueves el presidente Pedro Sánchez al ser preguntado por la carta que iba a recibir.