Iglesias insta al Gobierno a “moverse” tras su encuentro con Junqueras
ERC insiste en pedir un “movimiento” a Sánchez para apoyar los presupuestos
Pablo Iglesias y Oriol Junqueras, líderes de Podemos y de ERC, se vieron ayer en la cárcel de Lledoners para discutir del voto a los presupuestos. Iglesias subrayó que los líderes independentistas deberían estar libres.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, salía ayer visiblemente satisfecho de su larga entrevista en la prisión de Lledoners con el líder de ERC, Oriol Junqueras, e invocaba al Gobierno de Pedro Sánchez a resolver la negociación de los apoyos a los presupuestos del 2019 con los grupos catalanes, que esperan “un gesto” del Ejecutivo respecto al conflicto catalán y a la situación de los líderes del procés presos y en el extranjero.
“Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, y creo que hemos ayudado. Ahora, como dijo Pedro Sánchez, al Gobierno le toca negociar en tanto que Gobierno: se tienen que mover”, dijo Iglesias. Qué tipo de gesto debería hacer Sánchez para satisfacer a ERC y PDECat es algo en lo que el líder de la formación morada no quiso entrar. Eligió la prudencia: “El Gobierno sabe lo que tiene que hacer”. Iglesias se mostró convencido de que su papel ha ayudado a avanzar en la resolución polícuanto tica de la situación, pero subrayó que no puede ir más allá: “Podemos negocia en nombre de Podemos, nosotros nos hemos movido ya, contribuyendo al diálogo y a la distensión, que son imprescindibles para que pueda haber acuerdos políticos”.
El líder de Podemos admitió que es muy pronto para que se den las condiciones de un escenario en el que se pudiera negociar propiamente sobre el proyecto de presupuestos, pero sí explicó a la salida de la reunión que ambas partes habían expuesto a fondo sus prioridades políticas, sociales y económicas y eso había servido para certificar que “estamos muy cerca”. Apreció voluntad prag- mática y vocación de hacer política, pero también confirmó la certidumbre de que sin un movimiento de la Moncloa, no habrá posibilidad de que las formaciones independentistas se sienten a hablar de números.
Pese a las críticas y el escepticismo mostrados por la propia ERC durante esta semana en al encuentro de Iglesias y Junqueras, que había sido solicitado hace meses por el propio exvicepresidente de la Generalitat, la reunión fue saludada por ambas partes como eficaz y productiva. “Útil” fue la expresión que eligió el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Joan Tardà, que asistió al encuentro junto a la diputada de En Comú Podem Lucía Martín y el tercer teniente alcalde de Barcelona Jaume Asens. ERC espera “un movimiento”, sin especificar nada más. Hasta ayer, quien más se había atrevido a concretar al respecto había sido Tardà: el Gobierno debe instar a la Fiscalía a retirar los cargos de rebelión y sedición. Pero a la salida del centro penitenciario, acompañado del presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià, se limitó esta vez a reclamar
“Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, ahora le toca mover al Gobierno”, dice Iglesias al salir de la prisión
un gesto “de categoría”. Los republicanos aseguran que se analizará “cualquier movimiento que haga el Gobierno”. Eso sí, Tardà admitió, respecto a la hipótesis de que desde el Gobierno se actúe en virtud de las atribuciones que concede el estatuto de la Fiscalía, que cabe la posibilidad de que la Moncloa esté evaluando pros y contras: “Evaluando si hacer este movimiento significa más perjuicios que beneficios”. Estas palabras de Tardà, comprensivas con el brete que para el Gobierno de Sánchez puede suponer tratar de imponer criterio a los fiscales de sala del Supremo, rebajan en todo caso la presión de las condiciones que los republicanos ponían hace sólo un par de días, pues asumen la posibilidad de que un gesto excesivo en este sentido pueda ser contraproducente incluso para los intereses de los propios encarcelados.
El republicano no dudó en destacar la “buena sintonía” con Podemos y los comunes. Confirmó Tardà que durante el encuentro no se habló específicamente de los números, ya que, a su parecer, está en manos del Ejecutivo de Sánchez tanto las cuentas como que la Fiscalía General rectifique. “No es a Podemos a quien le corresponde abrir la puerta, sino al Gobierno”, dijo descargando a los morados de responsabilidad.
Iglesias aprovechó su visita para reunirse con todos los encarcelados del procés, incluidos Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, y reclamó de nuevo su libertad: “No hemos compartido jamás la estrategia del independentismo, pero a la vez hemos dicho aquí y en todos los rincones de España que deberían estar en libertad y haciendo política. Espero no tener que reunirme nunca más con un líder político en una prisión”. No usó la expresión “presos políticos”, que sí ha usado en otras ocasiones, pero eligió un sinónimo perifrástico: “He estado reunido con unos hombres que están presos por hacer política y que deberían estar en libertad”, dijo antes de expresar solidaridad con sus familias, “que son quienes más sufren”.
El mejor termómetro del tono cordial del encuentro fue la escueta comunicación posterior de ambos líderes a través de Twitter. Junqueras agradecía con discreta efusividad la reunión: “Agradecido por la visita y por la interesante conversación. Constatamos las diferencias que nos separan, pero también las muchas cosas que nos unen. ¡Seguimos! Abrazo”, escribía, a lo que el líder de Podemos respondía con un guiño: “Fue un placer Oriol. Hay que normalizar el diálogo porque es la condición de posibilidad de cualquier acuerdo. Gracias (y cuida ese sombrero que te prestaron. Quizá llegue a ser un símbolo)”. El sombrero en cuestión se lo entregaron a Oriol Junqueras minutos antes del encuentro otros presos del módulo, desafiándolo con guasa calé a que acudiera a reunirse con Pablo Iglesias tocado con el indumento, reto que el líder de los republicanos asumió gustoso.
El optimismo contenido de Iglesias por una reunión que fue “muy bien” –un optimismo que era más moderado en Tardà– no disipa la certeza previa de que sólo el Gobierno puede despejar la negociación presupuestaria, pero sí constata que tanto en ERC como en el PDECat hay una voluntad positiva de abordar ese diálogo sobre las cuentas siempre que el Ejecutivo esté dispuesto a realizar algún gesto. Republicanos y demócratas esperan un movimiento político inequívoco que habilite a los dos partidos, sobre todo ante sus electorados, a emprender una negociación profunda que reedite la mayoría que sacó a Mariano Rajoy de la Moncloa y convirtió en presidente a Sánchez. Un gesto que alargue una legislatura que nadie de los ayer reunidos quiere acortar.