La Vanguardia

Arabia Saudí afirma que Khashoggi murió en una pelea

El régimen anuncia la detención de 18 saudíes y cambios en el servicio de inteligenc­ia

- JORDI JOAN BAÑOS Estambul. Correspons­al

El Gobierno saudí ha reconocido oficialmen­te la muerte de Yamal Khashoggi en el consulado del país en Estambul. Según la Fiscalía general saudí el periodista habría fallecido durante una pelea tras una discusión verbal.

Tras varios días escondiend­o la cabeza debajo del ala, ayer el régimen saudí dio un paso al frente y reconoció lo que todo el mundo sabía: la muerte del periodista Yamal Khashoggi en las instalacio­nes del consulado de Arabia Saudí en Estambul.

Mediante un comunicado , el fiscal general del reino, jeque Saud al Mojeb, dio a conocer los resultados de la investigac­ión preliminar, según la cual Khashoggi habría fallecido tras mantener una discusión en el consulado que desembocó en una pelea durante la cual perdió la vida. El fiscal informó igualmente de la detención de 18 personas, todas ellas de nacionalid­ad saudí, relacionad­as con el caso.

En conexión con estos sucesos, el Gobierno saudí destituyó ayer a Saud al-Qahtani, uno de los consejeros más próximos del príncipe Mohamed Bin Salman, así como al jefe de los servicios secretos, el General Ahmed al-Assiri.

Esta destitució­n es el primer paso para una reestructu­ración de los servicios secretos anunciada ayer por el rey Salman, quien ha puesto al príncipe Mohamed Bin Salman, señalado como el principal responsabl­e de estos acontecimi­entos, al frente de la comisión encargada de llevarla a cabo.

Todavía ajena a estas novedades, la policía turca continuaba ayer con sus pesquisas entorno a caso unas investigac­iones que les llevaron 12 kilómetros al norte del lugar de los hechos, hasta el bosque de Belgrado, donde la policía buscaba los restos de Khashoggi, e incluso a 100 kilómetros al sur, hasta la provincia de Yalova, mimada por el turismo saudí. Las cámaras de tráfico habrían permitido reconstrui­r el itinerario de furgonetas Mercedes Vito con matrícula diplomátic­a.

Al mismo tiempo, ayer prestaban declaració­n ante la Fiscalía los 15 empleados turcos de la legación saudí a los que se dio fiesta el 1 y el 2 de octubre, justo el día que estaba citado Khashoggi para recoger los documentos de su divorcio y cuando llegó el comando enviado desde Arabia Saudí para intercepta­rle. Según la televisión turca TRT World, esos 15 empleados –el chófer del cónsul, telefonist­as, contables...– trabajaron hasta el viernes anterior y no volvieron al consulado hasta el día 3, por lo que los saudíes habrían tenido días para preparar la trampa tendida el martes al periodista.

Hay que reseñar también la muerte de uno de los hombres buscados por los investigad­ores turcos, Mashal Saad al Bostani, en un supuesto accidente de tráfico en Riad. Al Bostani, un oficial del Ejército del Aire de 31 años, formaba parte de la cuadrilla de la muerte enviada por la monarquía saudí al encuentro de Khashoggi, según el diario turco más pro Erdogan, Yeni Safak.

Mientras tanto, la policía científica turca habría completado su inspección del consulado saudí –con perros y poniendo el foco en el jardín–, así como de la residencia oficial del cónsul, de la que se habrían llevado bolsas y cajas llenas de efectos. Se teme por la destrucció­n de pruebas, durante los 15 días en que se vetó el acceso y sobre todo en las horas inmediatas. “Llevamos 12 años viviendo aquí y no recordamos que jamás hubiera habido una barbacoa en esa casa”, explicaba un vecino a una columnista del Daily Sabah. “Pero ese día la hubo”.

Asimismo, según las filtracion­es a medios turcos y qataríes que están poniendo a Riad contra las cuerdas, la policía habría corroborad­o con huellas la identidad de la mitad de los supuestos matarifes saudíes, miembros de la guardia de Bin Salman. Uno de ellos habría sido fotografia­do con él en su reciente visita a España. Según estas fuentes, que hasta ahora no aportan pruebas, Khashoggi habría sufrido una paliza, antes de ser mutilado y despedazad­o. Sus asesinos habrían abandonado Estambul a las 20 horas de su llegada, rumbo a Riad, tras hacer escala en Emiratos y Egipto. El grado de complicida­d de estos gobiernos aún está por dilucidar, pero tanto Turquía como Qatar se frotan las manos.

El destino de Jamal Khashoggi dio un giro en mayo en el Foro Al Sharq, animado en Estambul por el palestino Wadah Khanfar, exdirector general de Al Yazira, la cadena qatarí detestada por Riad. En él, el crítico saudí se deshizo en elogios de la primavera árabe –como en su artículo póstumo en The Washington Post– y llamó a Arabia Saudí a legalizar “el islam político”, ergo a los Hermanos Musulmanes. Allí también conoció a la admiradora de Erdogan con la que ahora pretendía casarse, para lo que necesitaba acreditar su condición de divorciado. Una oportunida­d que los cetreros de Arabia no iban a dejar escapar.

CAMBIOS EN EL ESPIONAJE

El príncipe Bin Salman se pone al frente de un comité para reformar el espionaje saudí

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EMRAH GUREL / AP La policía científica turca investiga la desaparici­ón forzada del periodista Jamal Khashoggi en varios escenarios de Estambul

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