El Balís, aguas moteras
El principal circuito europeo de motos acuáticas se dirime en el Maresme
Motorhomes bien alineadas en el paddock, motores al descubierto y coloridos carenajes en los wetpits y buen rollo entre pilotos y acompañantes. El Port del Balís, en Sant Andreu de Llavaneres, vive este fin de semana un ambiente peculiar, diferente al de las regatas que prácticamente cada fin de semana toman las instalaciones, pero igual de deportivo y animado. Una de las numerosas iniciativas del Club Nàutic El Balís ha conseguido convertir estas instalaciones en uno de los focos europeos de la motonáutica y, por segundo año consecutivo, las aguas del Maresme acogen la final del AquaX Pro Eurotour, el principal circuito europeo de motos acuáticas.
La competición se inicia este mediodía con las primeras mangas de las dos categorías en que se divide la competición: Enduro y Sprint, que a su vez tienen diversas clases en función de motorizaciones y modelos. En definitiva, nueve pruebas, una de ellas femenina, y 70 pilotos de seis nacionalidades que se juegan el título de una práctica tan apasionante como desconocida para el público catalán y que en esta edición llegan, además, con un aliciente añadido: el catalán Jordi Tomàs se jugará el título de la categoría reina de enduro con el británico Joseph Harvey, vigente campeón y actual líder del circuito tras un intenso mano a mano durante toda la temporada con el piloto de Amposta. Sin dependencia del viento, los dos circuitos en que se disputa la competición se sitúan muy cerca del puerto y el espectáculo se puede vivir desde su espigón o la playa, desde donde arrancan las motos de sprint. Giros de no menos de 90º, chicanes, salidas lanzadas y una competición contra el reloj en series de 10, 15 o 30 minutos más una vuelta completa garantizan el espectáculo. El acceso es totalmente gratuito, incluso a la zona habilitada con carpas donde este año se celebra una particular Oktoberfest.
Las dos modalidades tienen mucha más semejanza con el enduro que se practica sobre ruedas o el motocross que con cualquier otra práctica náutica y muchos de los pilotos, de hecho, llegan de la tierra, aunque todos parecen haberse quedado atrapados en el agua. Es el caso de Jordi González, quien tras competir en las dos ruedas ahora es el referente del club en su apuesta por las motos de agua. Él llegó el año pasado, ahora el club ya cuenta con siete pilotos. “Es un deporte muy físico y muy comparable con el motocross e incluso muchos pilotos se entrenan en invierno con la moto”, explica González.
Para el club, la apuesta por la motonáutica ha sido todo un descubrimiento y su presidente, Fran Ripoll, ya piensa solicitar también una etapa fija del Campeonato de España. Porque las motos han llegado al Balís para quedarse.
EN CRECIMIENTO
El club cuenta ya con siete pilotos un año después de abrirse a la motonáutica