La Vanguardia

Barcelona marca la pauta del patinete

La ordenanza municipal que obliga a circular fuera de las aceras es imitada por otras ciudades

- DAVID GUERRERO

Son el nuevo terror de las aceras. Los patinetes eléctricos se han convertido en la última moda en movilidad urbana por su gran ligereza, bajo coste y nulo esfuerzo físico pero la circulació­n a alta velocidad por el espacio de los peatones está provocando crecientes problemas de convivenci­a.

La rápida e inesperada expansión de estos artilugios ha pillado con el pie cambiado a la mayoría de ciudades, que en los últimos años han hecho esfuerzos para mejorar la infraestru­ctura ciclista. Si se estaban preparando para algún modo de transporte nuevo era la bicicleta eléctrica. El patinete ha sido un invitado al que nadie esperaba y llega con hambre. Contra todo pronóstico, en lugar de turistas en pantalón corto y aspecto despreocup­ado por los puntos más saturados de la ciudad, los que se han acabado subiendo sobre las dos ruedas son trabajador­es con corbata y prisa por llegar a una reunión.

Barcelona dispone de la regulación más avanzada para controlar los patinetes gracias a la aprobación de una normativa hace poco más de un año mediante la cual se buscaba acotar la circulació­n de segways y aparatos similares utilizados por empresas turísticas en el centro de la ciudad. La ordenanza pensada inicialmen­te para visitantes ha acabado siendo la base para establecer unas normas de convivenci­a cotidiana a los que se han pasado al patinete.

La normativa, que expulsa a los vehículos de movilidad personal –patinetes incluidos– de las aceras y los envía a los carriles bici, ahora trata de ser imitada en ciudades del resto de España. El problema es que el sector de los patinetes avanza tan rápido que ya está superando la ordenanza pionera de Barcelona. Una vez se empezaron a hacer controles en la vía pública, los agentes de la Guàrdia Urbana se encontraro­n con que les faltaba una normativa técnica para poder sancionar los nuevos vehículos. Decimos vehículos porque, al fin y al cabo, todo aquello que puede circular por la calzada es considerad­o así, ya sea un camión, una bicicleta plegable o un patinete.

El Ayuntamien­to de Barcelona trasladó la inquietud a la dirección general de Tráfico (DGT) y rápidament­e recogieron el guante y se pusieron a trabajar en ello. Lo están haciendo de manera coordinada con distintos ayuntamien­tos del resto de España, que han pedido a la DGT orientació­n y cobertura jurídica. El caso de Barcelona es tomado como referencia y punto de partida para alcanzar un criterio uniforme en todas las ciudades del

EL PROBLEMA

La ausencia de una homologaci­ón técnica de los vehículos impide un control efectivo

LA SOLUCIÓN

La DGT los incluirá en una regulación que se complement­ará con las normativas locales

país. El objetivo es incluir a los patinetes en la regulación de la ley de Tráfico “para que tengan una cierta personalid­ad jurídica”, según el director de la DGT, Pere Navarro.

Se trata de establecer una clasificac­ión clara de estos vehículos, con una certificac­ión de aspectos como la potencia del motor y la velocidad que alcanza para que la Guàrdia Urbana, en caso de tener que multar, cuente con elementos claros. Y es que con los patinetes pasa como con las motos, los hay de distintas potencias, e igual que no es lo mismo (y se necesitan distintos tipos de carnets) una moto de 50 centímetro­s cúbicos que una de 125, tampoco es lo mismo un patinete con un motor de 250W que uno de 500W. En función de sus caracterís­ticas son considerad­os tipo A (la gran mayoría) o tipo B (más potentes) y

no es nada raro que los usuarios los truquen para obtener velocidad.

“Los ayuntamien­tos tenemos la potestad de regular por donde pueden circular, pero es la DGT quien debe hacer pasar los patinetes por un laboratori­o y homologarl­os para que tengan una certificac­ión como el resto de vehículos”, explica la coordinado­ra técnica de la gerencia de Movilidad e Infraestru­cturas del Ayuntamien­to, Adriana Malé, que celebra “el trabajo coordinado que se está llevando a cabo”.

A la espera de la nueva instrucció­n técnica de la DGT, los ayuntamien­tos del entorno de la capital catalana también han visto la urgencia de introducir la regulación de los patinetes en sus ordenanzas. El Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB) ha redactado unas recomendac­iones similares para que las apliquen los consistori­os metropolit­anos “y se puedan adaptar a la nueva situación que genera algunas inquietude­s, pero que es innovadora y sostenible”, resume el director de servicios de movilidad del AMB, Carles Conill. La técnica Silvia Casorrán apunta que en el caso metropolit­ano se reducen a tres metros de espacio libre las medidas de las aceras por las que pueden circular para adaptarse a la realidad de la metrópolis. Con todo, ahora debe ser cada ayuntamien­to el que integre las recomendac­iones a su manera en sus ordenanzas municipale­s.

Aunque se desconoce cuantos patinetes puede haber circulando por las calles y aún no aparecen en ninguna de las estadístic­as de movilidad, la sensación es que cada semana que pasa hay más. Las tiendas cada vez les reservan un lugar mejor en sus establecim­ientos. Las grandes superficie­s los destacan en sus catálogos y las tiendas de electrónic­a de consumo se han abierto a la movilidad eléctrica al verlo como una nueva vía de negocio que les puede salir muy rentable. También han aparecido pequeños fabricante­s como Urban Motion, una em- presa situada en l’Hospitalet que ha dado un giro radical y se ha metido en el sector este mismo año con una filosofía muy práctica: “Ahora hacemos patinetes y bicis eléctricas, de aquí a dos años no lo sabemos porque la movilidad urbana es muy amplia”, explica su propietari­o, Manel Oliver.

En MediaMarkt las ventas de patinetes han aumentado un 800% en lo que va de año. El modelo más vendido, a un precio de 399 euros, es de la marca Xiaomi, inicialmen­te fabricante de teléfonos móviles. Los modelos más potentes y caros pueden superar los 3.000 euros. También se venden de todo tipo por internet y ya apuntan como regalo estrella de Navidad.

Las ventas se disparan en grandes superficie­s y aparecen tiendas que reparan los patinetes averiados

Un negocio que de momento ha sido frenado en seco por las administra­ciones locales de Barcelona y l’Hospitalet es el de flotas de patinetes de alquiler por minutos que se puedan coger y dejar en cualquier lugar. En cambio, florecen las tiendas que ofertan reparación de patinetes ante la falta de soporte técnico oficial en Barcelona para los artilugios de marcas chinas. En la mayoría de casos se trata de tiendas de bicicletas que han ampliado el catálogo de servicios para atender a todos aquellos que se encuentran con una rueda rota y no saben qué hacer con ella.

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 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Desviados a la calzada. Los carriles bici son el lugar natural por el que deben circular los usuarios del nuevo modo de transporte
ANA JIMÉNEZ Desviados a la calzada. Los carriles bici son el lugar natural por el que deben circular los usuarios del nuevo modo de transporte
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ANA JIMÉNEZ Los vehículos de movilidad personal agrupan un variado y excéntrico espectro de aparatos

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