El Barça sin Messi necesita más liderazgo de Coutinho
Huérfano de Messi, el Barça necesita más liderazgo de Coutinho y más profundidad e implicación de Dembélé
Leo Messi tiene el brazo derecho inmovilizado para que la fractura del radio cicatrice. Al argentino se le ha aconsejado que no tenga prisa y que piense ya en el duelo contra el Atlético de Simeone en el Metropolitano el próximo 24 de noviembre. Todo apunta a que el diez, que se pierde el clásico, reaparecerá en el otro partidazo de la Liga. Hasta entonces, en el Barcelona se apela a las jerarquías para que la ausencia de su estrella no sea dramática.
Huérfano de Leo para tres partidos de Liga (Real Madrid, Rayo y Betis), dos jornadas de Champions (Inter) y la ida de la Copa contra la Cultural en León, todas las miradas en el Barça se dirigen a dos futbolistas: Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé, los dos fichajes más caros de la historia de la entidad.
Entre agosto del 2017 y enero del 2018 el club se gastó 225 millones en dos futbolistas con presente y mucho futuro. El ex del Liverpool tenía entonces 25 años, ya 26. El francés, que llegó del Borussia, es nada menos que diez años más joven que Leo. Evidentemente, la idea era reforzarse y tapar el vacío de Neymar pero en el fondo también se estaba empezando a cubrirse las espaldas. Ahora los dos van a estar en el punto de mira. A Coutinho se le va a reclamar liderazgo y regularidad. De Dembélé se espera que recupere las ganas y el acierto de Tánger, Valladolid y Anoeta.
Perder a Messi no es una novedad para el Barcelona pero sí para ellos dos y para Ernesto Valverde, que en su primera temporada en el banquillo del Camp Nou sólo se vio privado en cuatro partidos puntuales (dos frente al Murcia, en Málaga y el campo del Levante –ya con la Liga ganada–), ninguno consecutivo. Ahora serán tres semanas enteras.
“No planeo un cambio muy brusco”, anunció el técnico con el comunicado médico de la fractura de Messi acabado de salir del horpara no. Y es que una vez que ha dado con la tecla de Arthur en el centro del campo no parece que vaya a desvestir ese santo.
Eso significa que para los dos partidos grandes de esta semana, Dembélé tiene todos los números para entrar en el extremo derecho. El francés perdió su puesto en el once desde Wembley y la suplencia afectó al Mosquito, que no ha vuelto a ser el mismo. Tras caer en cierta apatía, tiene la oportunidad de reivindicarse (otra vez). La profundidad de sus desmarques debe ser su gran aliado, con Malcom, otro jugador de banda puro, atento por si puede abandonar la grada.
Sin embargo, a Dembélé, por mentalidad, no se le puede pedir que se cargue el equipo a la espalda. Eso es cosa de Philippe Coutinho, un futbolista más hecho y que ya estaba acostumbrado a esa presión y exigencia en Anfield.
Al brasileño se le achaca que no suele pedir el balón en momentos delicados pero es la hora para que demuestre sus dotes de mando y para generar juego, no sólo goles. En octubre y noviembre del 2015, cuando Messi estaba lesionado en la rodilla, Neymar sí que le cogió el testigo. Entonces Ney, que ayer estuvo en Barcelona de visita, dio un paso adelante con 11 goles en 10 partidos –incluido un póquer al Rayo y dobletes al Villarreal y el BATE–. El calendario ahora es más duro. A su favor tiene su capacidad
DESAFÍO PARA EL TÉCNICO Para Valverde es la primera vez que debe vivir sin Messi, que el curso pasado sólo se perdió cuatro partidos
DOS FICHAJES
Arturo Vidal, por su experiencia, y Malcom, al ser extremo puro, también pueden cambiar su situación
abrir marcadores, algo importante para el fútbol del Barça. De sus 14 goles como blaugrana, 8 fueron el primero del equipo.
Al carioca le puede ayudar su buen amigo Luis Suárez, futbolista de enorme carácter, y que rompió –de penalti– su sequía goleadora. Ambos ya lideraron al Liverpool en 2013-14 luchando por la Premier.
En el 2015, Luis Enrique decidió inventarse a Sergi Roberto como falso extremo derecho en el Bernabeu. Combinando como cuarto centrocampista pero aprovechando también la espalda de Marcelo. La novedad le salió redonda porque el Barça ganó 0-4 el clásico. Si optase por volver al 4-4-2 del curso pasado, algo parecido podría hacer Valverde con Arturo Vidal, un medio con llegada y trabajo. El chileno está hambriento de minutos y jerarquía no le falta.