Marc Márquez
El 93 exhibe su ambición para seguir acumulando gloria:“Espero no encontrarel límite”
CAMPEÓN DE MOTOGP
Marc Márquez (25) obtuvo ayer el campeonato de MotoGP, su séptimo título mundial. Hasta el legendario Giacomo Agostino considera que el catalán superará pronto su palmarés (15 campeonatos, 8 en la cilindrada reina).
De momento estamos en el nivel siete y espero no encontrar el límite”. Declaración de intenciones que debería satisfacer a los amantes del espectáculo motociclista y preocupar a los rivales de Marc Márquez: el niño de las maravillas no tiene suficiente. Quiere más. “Cuanto más ganas, más quieres”, sintetizaba su ambición el piloto de Cervera en el momento de saborear su 7.ª corona mundial... en 11 cursos. Una salvajada.
Del 7 fue su celebración en Motegi. La tenían preparada, sin decirle nada, sus colaboradores y su club de fans, con su tío Ramon al frente: tras cruzar la meta, Marc esta vez jugó una partida en una máquina ochentera de videojuegos en la que llegó al Level 7, el nivel 7, el mismo que le mostró su equipo en la pizarra cuando traspasaba la bandera de cuadros.
Marc realizó la vuelta de honor eufórico, recibió felicitaciones de sus rivales, y cuando fue a ponerse el peto con el Level 7 y el 1 de World Champion en el pecho se dio cuenta del dolor. “Me disloqué el hombro izquierdo al abrazar a Redding. Al levantarse él se me ha dislocado, pero estaban mis dos ángeles de la guarda, José (ayudante) y Àlex (hermano), y me lo han colocado. Por eso me he estirado en el suelo. No es la primera vez que pasa; es un punto débil. Al final del año tendré que pasar por chapa y pintura”, bromeaba Marc, que ya tiene hora con el doctor Mir para operarse.
“Siete títulos se dice fácil, pero no son fáciles de conseguir”, comentaba el piloto catalán, que echaba la vista atrás y no podía evitar emocionarse de lo que ha logrado con sólo 25 años. “No imaginas que en 6 años puedas ganar cinco de los seis títulos. Es un sueño y no me quiero despertar. Soy consciente de lo difícil que es, pero no quiero ser consciente de lo que he conseguido ya”, decía, como si no quisiera romper la burbuja para que no cambie nada.
Para Marc, como otras veces ha señalado, la clave de su éxito es su entorno, su equipo, su segunda familia. “Tengo ganas de llegar al box y celebrarlo con mi gente, con todos, llegar a Cervera y ver a mi madre y a mi entrenador. Hay una gente alrededor y, si todos no van a la misma, no puede tirar del carro uno solo. Por eso hay que mantener siempre la misma dinámica”, se receta Marc para seguir ganando. Porque ambición y motivación ya las tiene. “El año que viene empezaré como si no hubiera conseguido ningún título. Tendré la presión de luchar por otro título y espero que sea la tónica de toda mi carrera, pues eso significará que tengo nivel”.
25 años, triunfador, bien pagado, con salud, ídolo de masas... ¿Qué más le puede pedir a la vida? “No me falta nada. ¡Novia! –se reía–. Ahora tengo perro, Stich, aunque yo le llamo Bicho... Pero se trata de vivir la vida”. Y lo que tocaba ayer era celebrar. Como siempre que la fiesta es en Motegi –tres veces ya–, el desmadre es en el Jet Lag Club de Narita, cerca del aeropuerto.
No imaginas que en 6 años puedas ganar 5 títulos. Es un sueño y no me quiero despertar. No quiero ser consciente”
La clave es el entorno; si todos no van a una, no puede tirar del carro uno solo. Hay que tener la misma dinámica”