La Vanguardia

Los ángeles de Carla

La familia afianza una buena relación con los dos mossos que salvaron la vida a la menor tras ser atropellad­a

- BÀRBARA JULBE

Cada 25 de julio Albert Mirabet y Xavi Sausor, agentes de los Mossos d’Esquadra, saben que tendrán un gran regalo: una foto y un dibujo de Carla. Aunque sólo tiene cinco años, esta niña admira a los dos policías porque le salvaron la vida un 25 de julio de hace cuatro años en Begur (Baix Empordà), después de que su padre la atropellar­a accidental­mente. Desde entonces, cuando llega el día Carla sopla una vela de aniversari­o, deja que su madre la retrate y se esmera en hacer cada año mejores trazos. Un gesto de agradecimi­ento para estos dos mossos que se erigieron como sus auténticos ángeles de la guarda.

“Ya hace cuatro años y siempre estaremos en deuda con ellos”, asegura Elisenda Busquets, la madre, que no puede evitar emocionars­e cuando recuerda lo que ocurrió. Fue por la mañana. La familia, que vive en Barcelona, acababa de llegar a su segunda residencia. Martina, la hermana mayor, bajó del coche y se fue a mirar la televisión. Los padres sacaron a Carla, la pequeña, y descargaro­n las bolsas. Guim Anguera, el padre, subió de nuevo al coche para aparcarlo en otro sitio mientras hablaba con Elisenda. Al arrancar, la niña recibió un fuerte impacto en la cabeza y la mandíbula. La menor, que tenía un año y un mes, se fue, sin que nadie se percatara de ello, delante del vehículo. Podía haber sido muy grave, pero la rápida actuación de los agentes que se cruzaron con ellos camino al hospital cambió el desenlace de este caso.

El padre, en estado de shock, llamó primero al 112. Esperó pero, al tratarse de un día de verano, pensó que la ambulancia tardaría demasiado y optó por subir a la pequeña en el coche, envuelta en una toalla, junto a Elisenda y su suegra. Fue en dirección al hospital de Palamós cuando hallaron a los dos agentes. Tras explicarle­s la urgencia de la situación, los policías, que hacían un control rutinario de vigilancia de carreteras en la salida de Begur, les dijeron que les siguieran con el coche. Pero avanzaron sólo quinientos metros y después se pararon. “Observamos por el retrovisor que el padre no estaba en condicione­s de conducir”, recuerda el agente Mirabet. Ante la gravedad de la niña, pidieron a la madre que se subiera con la pequeña al coche patrulla y ellos mismos la llevarían al centro hospitalar­io. Una decisión fuera del protocolo pero que salvó la vida de la menor.

“Pensé en mi hija, que tenía una edad similar. Vimos la desgracia e intentamos ayudar”, comenta Sausor. Mirabet iba de copiloto y sentado de espaldas a la carretera le decía a la madre que pellizcara a Carla. “Si lloraba, sabíamos que no se dormía”, recuerda ella. “En nada ya llegamos al hospital”, precisa Elisenda. El padre y la suegra, que continuaro­n con el coche familiar, llegaron después.

Hasta que el médico no salió de la sala de críticos, donde le cosieron las heridas de la cabeza, y les dijo que estuvieran “tranquilos” porque “saldría de esta” los padres no se sintieron aliviados. Y los agentes, también. “Nunca nos habíamos encontrado con algo similar. Habitualme­nte tenemos que esperar al Servei d’Emergèncie­s Mèdiques (SEM). Aquí tuvimos la oportunida­d de hacer algo”, indica Mirabet. Carla tuvo que ser traslada al hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona, donde estuvo ingresada cinco días y necesitó una transfusió­n de sangre debido a la debilidad con la que se quedó tras el accidente. Unas cicatrices en la cabeza y la falta de dientes son sólo el testimonio de lo que pasó. “Nos sentíamos culpables. Cómo nos podía haber pasado una cosa así...”, dice Elisenda, quien admite que “en el hospital nos explicaron que este tipo de siniestros son habituales”.

Tras recibir el alta, los dos agentes le regalaron a Carla un oso mosso vestido con el uniforme policial. Y es que desde el 2000, y como apoyo psicológic­o a los menores que se ven involucrad­os en accidentes, los Mossos regalaban a los afectados un osito de peluche. Carla se quedó uno de los últimos y lo llevaba siempre con ella hasta que un día lo extravió en el parque mientras jugaba. Se da la circunstan­cia que, desde hace unas semanas, los Mossos han creado un nuevo osito de peluche. De momento, se han puesto a la venta exclusivam­ente para agentes y familiares de los Mossos. Y junto con el Servei Català de Trànsit se está estudiando la reincorpor­ación de este nuevo personaje, ahora llamado Pau, para todos los coches de tráfico policiales. Con esta nueva implantaci­ón, Carla vuelve a tener su oso. En una visita que le hicieron los dos agentes en Begur le trajeron uno nuevo. Así que para ella, Xavi y Albert son más que unos polis buenos: le salvaron la vida y le devolviero­n su osito de peluche.

EN UN SEGUNDO

El padre arrolló accidental­mente a la niña, que se colocó delante del vehículo

MÁS QUE UN APOYO

Los Mossos introducen un nuevo oso de peluche como apoyo psicológic­o a los menores

 ?? PERE DURAN / NORD MEDIA ?? Carla junto a los dos agentes y el oso mosso de peluche que le regalaron
PERE DURAN / NORD MEDIA Carla junto a los dos agentes y el oso mosso de peluche que le regalaron

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