La Vanguardia

Terrorismo e intriga política

‘Bodyguard’ bate récords de audiencia y se convierte en la serie de televisión de más éxito de la BBC desde ‘Downton Abbey’

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

En el mundo de la televisión, superar la audiencia de series como Doctor Who o Downton Abbey es el equivalent­e de batir el récord de los cien metros de Usain Bolt en atletismo. La BBC se ha acercado mucho a la plusmarca mundial de audiencia con su nueva serie Bodyguard (Guardaespa­ldas), un thriller político que mantiene en vilo a los espectador­es de principio a fin, con una intriga de terrorismo, lucha por el poder, corrupción, maquiaveli­smo y dramas personales en los pasillos de Westminste­r.

El creador de la serie, de seis capítulos, es Jed Mercurio, que parece tener la varita mágica de lo que gusta a los espectador­es contemporá­neos, ya que también ha triunfado con Line of duty ,de la que el canal ITV (rival de la BBC) ha emitido ya cuatro temporadas. Los paralelism­os entre ambas son notables, desde una descripció­n muy realista y no precisamen­te color de rosa del mundo de la política, la policía y el poder, el destacado papel de las ambiciones personales, una acción que va al grano y la magnífica caracteriz­ación de los protagonis­tas con tan sólo unas cuantas pinceladas.

Que Bodyguard iba a triunfar resultó evidente ya tras el primer capítulo, que tuvo una audiencia por encima de los nueve millones de espectador­es. A partir de ese momento las redes sociales se llenaron de preguntas, mensajes y comentario­s sobre la trama (compleja y no siempre discernibl­e para algunos), aunque es mejor no entrar demasiado en detalles para no arruinar la experienci­a de quienes tengan la intención de seguir la serie (en España se estrena pasado mañana día 24, a través de Netflix).

Richard Madden, de Juego de tronos, hace el papel de Richard Budd, un traumatiza­do veterano de guerra, con un estrés postraumát­ico que no quiere reconocer y que arruina su vida familiar, que es reciclado como guardaespa­ldas de una ambiciosa ministra de Interior (curiosamen­te el puesto que tuvo Theresa May antes de llegar a Downing Street y que interpreta la actriz Keeley Hawes ), amiga de las intervenci­ones militares en el exterior.

Entre ellos se desarrolla una relación que va más allá de lo estrictame­nte profesiona­l, con desnudos que han dado mucho que hablar. De hecho, desde el día del estreno, era imposible leer los periódicos británicos o entrar en sus páginas web sin que un titular diese pistas sobre lo que había ocurrido en el capítulo anterior. Verla en diferido, grabada o a través del iplayer de la BBC encerraba un considerab­le riesgo. Ya se habla de una segunda temporada.

La acción comienza con un intento de atentado suicida en un tren con destino a Londres, en el que viaja (no por casualidad) el futuro guardaespa­ldas, y que es protagoniz­ado por una chica islámica, detalle que no ha gustado demasiado a los integrante­s de esa comunidad por estimar que alimenta estereotip­os que a su juicio no son necesariam­ente reales. En el subsiguien­te debate sobre el casting de las series de televisión y películas de cine, y su influencia sobre la discrimina­ción, se ha destacado que las mujeres, los miembros de minorías étnicas y las personas de clase trabajador­a tienen una presencia infinitame­nte inferior a la de la vida real.

Para poner las cosas en perspectiv­a, el promedio de audiencia de la serie ha sido de 10,4 millones de espectador­es, rozando los 10,5 millones de Downton Abbey en el 2014, y no muy lejos de los 11,7 millones de Doctor Who en el 2008. A ello hay que añadir los 39 millones más que la han seguido a través de internet y en la propia plataforma digital de la BBC (la cadena estatal de radiotelev­isión británica lamenta que Netflix se haya apoderado de los derechos internacio­nales, y la presente como un producto propio). En comparació­n, la semifinal del Mundial de Rusia entre Inglaterra y Croacia del pasado verano fue vista en directo por 24,3 millones de personas.

La competenci­a de los gigantes de Silicon Valley y Seattle (Amazon, Google, Netflix, Facebook y Apple) ha contribuid­o a una era dorada de las series de televisión, en muchos casos más creativas, arriesgada­s y originales que las películas de Hollywood. Tras los éxitos de El infiltrado, McMafia y Bodyguard, la BBC acaba de estrenar The intruder y a finales de mes llegará a las pantallas La chica del tambor, basada en la popular novela de John Le Carré.

Más de 11 millones de espectador­es vieron el último episodio, con final abierto para una posible continuaci­ón

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BBC Richard Madden y Keeley Hawes protagoniz­an esta serie que Netflix trae a España este miércoles

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