Ferrari se gana una partida
La victoria de Räikkönen, cinco años después, y el 4.º puesto de Vettel posponen el título de Hamilton, 3.º
Ironías de la vida, el piloto al que Ferrari ha despedido, el último que le dio un título mundial (2007), es el que le mantiene con vida. Al menos una partida más en este Mundial. Es el último acto de servicio a la causa roja que hizo Kimi Räikkönen con su triunfo ayer en Austin, el primero del finlandés tras cinco años y siete meses, desde Australia 2013. Nada menos que 113 GP sin llevarse una victoria a la boca. “Estoy más contento que si hubiera terminado segundo”, dijo el nórdico, fiel a su estilo pasivo. Un triunfo que, combinado con el cuarto puesto in extremis de Sebastian Vettel, posponen la coronación de Lewis Hamilton. En México, la semana que viene, el inglés lo tiene todo de cara para lograr su quinto título de F-1.
La carrera de Austin respondió a lo mucho que había en juego y acabó siendo una de las más emocionantes del año, con hasta cinco pilotos implicados en un desenlace frenético. Cada uno con su dosis de protagonismo.
Abrió el baile un Räikkönen inspirado, que birló el primer puesto en la salida a Hamilton. El inglés se quedó sin el favor de su 9.ª pole porque el finlandés fue más duro, con mejor tracción conquistó el interior del primer ángulo en subida de Austin y no se amilanó ante la intimidación de Lewis, que tuvo que levantar el pie. Esa maniobra le valió probablemente la victoria, unida a la estrategia de una parada por la que optó Ferrari, ante las dos de Hamilton. “Ha sido un acto de malabarismo, aguantar con estas gomas, a una sola parada”, resoplaba Räikkönen después de aguantar el acoso y derribo de Max Verstappen en las últimas vueltas. El holandés fue el otro gran protagonista de la carrera texana, ya que salía del 18.º puesto y con una sola parada se metió en el podio; una escalada a base de adelantamientos que le valió el reconocimiento popular como Mejor Piloto del Día. Su mejor actuación fue la defensa de la segunda posición ante un Hamilton a la desesperada en los últimos giros, en especial en la vuelta 54 (de 56), en la que el holandés con maestría y sangre fría tapó todos los huecos al Mercedes. Ahí se frustró básicamente la posibilidad de Hamilton de coronarse en Austin, ya que con el segundo puesto tenía suficiente... si Vettel no pasaba de la quinta plaza.
La actuación de Hamilton fue notable. Pese a que perdió la primera posición en la salida y tuvo que parar dos veces, su cabalgada fue meritoria a falta de 18 vueltas para llegar hasta Verstappen, al que tenía a 10 segundos. Aunque le alcanzó y le metió el morro, no pudo superarlo. “Max lo ha hecho muy bien, tenía más neumático que yo al final. Yo he hecho lo máximo que podía dar hoy”, comentaba Lewis, que se quejaba veladamente de la táctica de Mercedes. “No sé cómo hemos acabado con esta estrategia, porque me he quedado sin neumático. Ferrari parece que está más fuerte, así que en la próxima carrera tendremos que empujar más”, decía Hamilton.
Quien se gana la partida extra en México es Vettel, tras ceder 3 puntos con Lewis y quedarse a 70 del inglés. El alemán salvó sobre la bocina el match ball de Hamilton al arrebatar la 4.ª plaza a Bottas en la penúltima vuelta. Seb enjugó los 7s que le distanciaban del finlandés y arregló una carrera que empezó fatal, con un trompo al tocarse con Ricciardo en la salida, que le envió al 14.º puesto y le obligó a escalar. Otro motivo de enfado de los tifosi, que sólo esperan un milagro para evitar la coronación de Hamilton: le basta un 7.º puesto al inglés, aunque gane Vettel. Que es mucho suponer.
UN DESENLACE FRENÉTICO Räikkönen aguantó delante, Verstappen tapó a Hamilton y Vettel superó in extremis a Bottas
TODO DE CARA PARA MÉXICO Hamilton, con 70 puntos de ventaja, podrá ser campeón en México si queda séptimo