Estados Unidos descubre Vega Sicilia
La venta de estos vinos llegará a 100.000 botellas en el 2019, el doble que hace cinco años
APedro Álvarez se le escapó una sonrisa. “No sé si beben antes o después de la misa”, dijo. Este comentario surgió después de que el consejero delegado de Tempos Vega Sicilia, la marca corporativa que identifica a todos los vinos de la familia Álvarez, asombrará con su información a los reunidos en torno a una mesa del restaurante neoyorquino Le Bernadin. El Vaticano es proporcionalmente el lugar del mundo donde se consume más vino por habitante, aseguró. Le siguen Andorra y Suiza.
Para contextualizar, en España, la media anual es de 21 litros o de 42 en Francia. Estados Unidos se queda en 10,3 litros. Pero, subrayó Álvarez, son 300 millones, por lo que es el mayor consumidor en números absolutos y con capacidad adquisitiva para gastar en vinos de la gama alta. Una botella de Único (crianza mínima de diez años, entre madera y botella) sale en tienda española por 280 euros y por unos 600 dólares en este país, mientras que el tope lo alcanza el Reserva Especial (elaborado a partir de tres añadas de Único) con 360 euros en un lado y hasta 800 dólares en el otro.
“Cualquier bodega busca este mercado, aunque es complejo porque es como 50 países”, señaló. Sus vinos están en 39 de esos estados –Florida a la cabeza y Miami en particular– y en el 2019 venderán aquí más de 100.000 botellas, el 8% de su producción, el doble que hace cinco años.
De esta manera, EE.UU. se convierte en su primer importador. En esto influye, indicó Álvarez, en que “los jóvenes estadounidenses beben vino y están dispuestos a descubrir cosas”.
En vísperas de que se cumplan los 155 años de Vega Sicilia, Pedro Álvarez estuvo la pasada semana en la Gran Manzana para participar en la New York Wine Experience, una de las ferias internacionales más importantes del mundo que organiza la revista Wine Spectator y a la que sólo invitan a los que se sitúan en la parte alta de la clasificación.
Su apuesta por el exterior se fundamenta en la reorganización de su sistema de distribución, que les ha permitido incrementar sus ventas fuera de España, principal cliente, de un 35 a un 65%.
De estar presentes en dos países cuando la familia Álvarez se hizo con este negocio en 1982, ha dado el salto a 115. Tras EE.UU. se halla México. En Europa, sus principales destinos son Suiza, el Reino Unido y Alemania.
La producción en las cinco bodegas de que disponen –Ribera del Duero, Rioja, Toro y Tokaj (Hungría)– llega a los 1,5 millones de botellas anuales, siempre en función de las cosechas. Sus caldos se distribuyen entre su lista de 4.000 clientes, una lista cerrada desde los años ochenta –hay lista de espera-, de los que 2.500 son particulares.
“Tenemos la base, 650 hectáreas de vides. Todo depende de la uva. Algunos apuestan por lo que se hace dentro de la bodega, pero, para nosotros, lo más importante es la uva”, recalca el consejero delegado. Así que su única manera de crecer y mantener la calidad consiste en nuevas bodegas.