Casado minimiza las críticas internas y presume de liderar la oposición
El líder del PP acalla a quienes se quejan por la tardanza en designar candidatos
Pablo Casado minimiza las críticas que le han venido de varios sectores del PP sobre su estrategia o falta de ella, sobre su giro a la derecha o sobre la tardanza en designar candidatos. Aunque fuentes cercanas al presidente del PP se quejan de que a Casado y al nuevo equipo que dirige el PP “se le mide por otro rasero” del que se utiliza para medir a los demás, consideran que esas críticas son infundadas y, sobre todo, demasiado tempranas.
De hecho, la principal justificación que da la nueva dirección del PP para no estar preocupada por esas críticas es que en tan sólo tres meses “ya nadie duda de quién lidera la oposición a Pedro Sánchez”, cuando antes del congreso extraordinario de los populares se veía en el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, el verdadero líder de la oposición.
Por si alguien pone en duda a Casado, el líder del PP recibió ayer un apoyo claro del expresidente del partido José María Aznar, a quien hoy presentará un libro, y que en declaraciones a Telecinco aseguró que el sucesor de Mariano Rajoy “tiene todas las condiciones para ser un gran líder político y triunfar”.
La dirección popular está convencida de que el liderazgo de Casado no está en entredicho e incluso relativizan las palabras de algunos dirigentes regionales del PP que pueden interpretarse como una crítica del giro a la derecha que se achaca a Casado, y que creen que se debe a que son preguntas inducidas.
Así, mientras el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, señaló en una entrevista que el PP debe “estar en el centro”, porque de lo contrario se equivocará, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, expresó su confianza en que Casado “se moderará”, porque “toda prudencia en política nunca es suficiente”.
La respuesta de Casado es que el Partido Popular mantiene “firmes” sus “principios liberales conservadores de centroderecha”. A su juicio, esta es la forma de conseguir votantes de centro, porque “ocupar el centro no es moverse de sitio, sino ampliar el espectro electoral con principios firmes de centroderecha y abrirse a la sociedad”.
Eso es lo que Casado asegura que ha estado haciendo en estos tres meses, y esa es su estrategia, que, según él, ha dado buenos resultados. La dirección del PP asegura que ya percibe una mejora electoral y está convencida de contar “con más confianza de los españoles”. Casado, para no dar pábulo a las críticas y demostrar que todos caminan en la misma dirección, se referió a Garrido como “uno de los que mejor ha gestionado la Comunidad de Madrid” y eso que no ha sido señalado como candidato e incluso, además, hay quien asegura que el presidente del PP no cuenta con él para las elecciones.
De Alonso, que se presentó al congreso del PP en la lista de Soraya Sáenz de Santamaría, subrayó que es “un referente como alcaldes, como ministro, como portavoz y como presidente”.
También rebatió Casado las críticas por la tardanza en designar candidatos en algunas circunscripciones, como Madrid, donde aún no se sabe quiénes encabezarán las listas al Ayuntamiento y a la Comunidad para las elecciones del próximo mayo. El líder popular recordó que hace cuatro años se conocieron los candidatos a Madrid en marzo, es decir, que en esta ocasión, y pese al retraso debido a la convocatoria de las elecciones andaluzas, se designará a los candidatos cuatro meses antes que en las anteriores elecciones
El presidente popular subraya que “ocupar el centro no es moverse de sitio sino ampliar el espectro electoral”
municipales y autonómicas. Para profundizar en esa estrategia, esos principios y esos postulados que deben llevar al PP a ganar las próximas elecciones generales, Casado presidió ayer la primera reunión de la nueva fundación del partido, Concordia y Libertad, que dirigirá Adolfo Suárez Illana, y que pretende ser “el centro de pensamiento y actuación”.
Además, la fundación pretende ser el germen de las ideas que se plasmarán después en los programas electorales del PP. Por esta razón, Casado ha encargado a Suárez que organice la convención prevista para enero, que está concebida como la actualización del ideario y pensamiento del partido, después de que el congreso no debatiera sobre ideas y se limitara a elegir al nuevo presidente.