Tan inseguros como a mediados de los años 80
Un 25,6% de los barceloneses dice haber sido víctima de uno o más delitos a lo largo del 2017, un porcentaje sólo superado en 1986
Uno de cada cuatro barceloneses (un 25,6%) asegura haber sido víctima de uno o más hechos delictivos el año pasado. Este es el dato más relevante de la Encuesta de Victimización 2018, publicada ayer sin previa presentación en la web del Ayuntamiento de Barcelona. El sondeo, cuyo trabajo de campo se efectuó entre el 4 de abril y el 9 de mayo de este año, confirma que la percepción del delito en la capital catalana se corresponde con las estadísticas policiales, si bien la encuesta no refleja todavía la escalada de inseguridad que se ha vivido en la ciudad sobre todo en los últimos meses. Habría que remontarse al año 2010, en plena crisis económica, para encontrar un registro como este y a mediados de los años ochenta del siglo pasado para hallar un año todavía peor (en 1986 el índice global de victimización fue del 26,2%).
La intensa actividad de los carteristas tiene mucho que ver con el incremento de la inseguridad que perciben los barceloneses. En este sentido, un 9,6% de la mujeres y un 7,3% de los hombres entrevistados aseguraron haber sido víctimas del robo del bolso o la cartera. Otro 6,5% de las personas que participaron en la Encuesta de Victimización fueron víctimas de un intento de hurto no consumado. Otra modalidad delictiva destacada en los resultados de la encuesta es la del robo de accesorios de los vehículos.
El estudio hecho público con sordina el mismo día en que se reunía la Junta de Seguridad refleja datos interesantes que podrían explicar que la escasa presencia de efectivos policiales en la calle con carácter disuasorio se convierta en un aliciente para los delincuentes. Así, el 21,5% de los hechos considerados delictivos por las personas entrevistadas se dieron en lugares transitados. Del mismo modo el transporte público y sus instalaciones son zonas calientes de actividad fuera de la ley. Lo confirma ese 14,6% de personas que dicen haber sido víctimas de un delito, consumado o en tentativa, dentro de un vagón de metro, autobús, tren o tranvía y el 15,7% que sitúa el lugar de los hechos en las estaciones (vestíbulos, andenes, escaleras...) de alguno de estos medios de locomoción.
La inseguridad ciudadana vuelve a ser un grave problema de Barcelona, pero muy en particular de Ciutat Vella. En este distrito el índice de victimización global se eleva 11 puntos respecto al conjunto de la ciudad, hasta alcanzar el 36,6%. Otros datos de la Encuesta de Victimización 2018 confirman la creciente percepción de inseguridad que se respira en barrios como el Raval, el Gòtic o la Barceloneta. Por ejemplo, la ratio de localización de los hechos delictivos cometidos en Ciutat Vella es de 122,9. Este número corresponde al de los delitos perpetrados por cada 100 habitantes del distrito. En este ranking negativo aparece en segundo lugar, a gran distancia, el Eixample (con una ratio de 44,1) mientras que, según este indicador, el distrito más seguro sería el de Horta-.Guinardó (21,1). Cuando se pide a los entrevistados que pongan nota (de 0 a 10) al nivel de seguridad de su barrio los más preocupados vuelven a ser los residentes en Ciutat Vella (5,2) mientras que los habitantes de Les Corts son los que se sienten más seguros (7,3).
Muchos de los delitos o tentativas consignados en las respuestas al cuestionario planteado por la empresa Opinòmetre SL. no se denuncian. El motivo más citado para no hacerlo es que “la policía poco puede hacer”, mencionado en el 66% de los casos. También porque “resulta complicado” (54%) y porque se confía muy poco en la justicia (47%).
En la encuesta, el servicio que prestan los Mossos d’Esquadra merece mejor puntuación que el de la Guardia Urbana, un 7,1 y un 6,6 sobre 10, respectivamente.
Las calles más transitadas y el transporte público son los lugares preferidos por los delincuentes