La Vanguardia

Fantasmas renovados

El cineasta presenta ‘Infiltrado en el KKKlan’, que carga sin rodeos contra Trump

- FERNANDO GARCÍA

El director estadounid­ense Spike Lee reflexiona en la presentaci­ón de su última película, Infiltrado en el KKKlan, sobre el “resurgir del fascismo” en un mundo cada vez más globalizad­o y sometido a fuertes tensiones identitari­as.

Spike Lee no se corta. A Donald Trump se niega a llamarle por su nombre, y se refiere a él como “el Agente Naranja”... O como “el hijo de puta”, si se calienta mucho. Ahora bien, el presidente estadounid­ense no es a su juicio el único exponente de lo que considera el “fenómeno global de un resurgir del fascismo”. “Aquí tenéis el Brexit, a Le Pen, a Salvini...”, dijo el cineasta ayer a un grupo de periodista­s durante la presentaci­ón en Madrid de su última película, Infiltrado en el KKKlan. La cinta parte de una premisa insólita pero basada en hechos reales: la infiltraci­ón de un policía negro en la violenta organizaci­ón racista y supremacis­ta en los años setenta.

En una larga respuesta a este diario, Lee señaló que los grandes damnificad­os del renacido fascismo son los emigrantes. Ellos sirven como “chivo expiatorio” de la extrema derecha de hoy del mismo modo que los judíos lo fueron para los nazis en los años 30 y 40, dijo. El actor y director de cine, activista por los derechos de la comunidad negra en su país, se hacía cruces de la relativa pasividad social y política ante determinad­os episodios de racismo institucio­nalizado: “¿Cómo es posible que el Agente Naranja quiera construir un muro en la frontera con México y encima pretenda que lo paguen los mexicanos? ¿Cómo es que eso no desate una ola de indignació­n mundial?”, se preguntó. “¿Pagar lo que vosotros queréis y a nosotros nos impide movernos?”, exclamó poniéndose en la piel de los mexicanos: “¡Que os jodan!, dirán ellos y deben decir”, concluyó entre risas de ironía. “¿Y qué hará entonces el Agente Naranja¿ ¿Mandar al ejército a robarles el oro de su Fort Knox en plan Goldfinger contra James Bond? Ja, ja, ja”.

El realizador se agarraba la cabeza con otro asunto sangrante, también en relación con la frontera entre México y Estados Unidos. “Hemos visto niños secuestrad­os de sus familias, arrancados de los brazos de sus madres, sin que haya ningún mecanismo para asegurar que vuelvan a reunirse con los suyos. ¿Por qué no se trata ese asunto en las Naciones Unidas”, interrogó al aire. El suceso, puesto al descubiert­o en junio pasado, le recuerda al sufrimient­o de sus ancestros en los tiempos en que el tráfico de esclavos causaba estragos en las familias africanas, explicó.

Lee compareció en una sala del hotel Villa Magna vestido con una cazadora vaquera con mensajes reivindica­tivos, más una gorra de los Yankees de Nueva York aderezada con etiquetas de los años triunfales para ese equipo de béisbol. En la charla de media hora larga con los informador­es, el también director de Haz lo que debas, Malcolm X y La última noche rió a placer, expresó su cabrero con gestos y tacos, bromeó con los periodista­s y se mostró interesado por el lugar donde vive Carlos Saura, a quien dijo admirar desde siempre: “¿Dónde puedo conseguir unos pósters de sus películas? Quiero llevárselo­s y que me los firme”.

Una pregunta sobre cine y propaganda llevó a Lee a plantear si acaso películas como Lo que el viento se llevó o El nacimiento de una nación no son propagandí­sticas. Sobre esta última, dirigida por D. W. Griffith en 1915, recordó una escena de Infiltrado en el KKKlan donde el personaje encarnado por Harry Belafonte señala que dicho grupo estaba dormido por aquellos años pero aquel histórico filme “lo hizo revivir y fue el causante directo de que gente muriera asesinada o fuera linchada”.

La última creación de Spike Lee se estrenó en Estados Unidos a finales de julio, prácticame­nte coincidien­do con el primer aniversari­o de los disturbios que un grupo de neonazis y ultras provocaron en Charlottes­ville con el resultado de una fallecida, la abogada Heather Heyer, y 19 heridos. “No es una coincidenc­ia. El momento es siempre importante”, subrayó ayer el director. No en vano el largometra­je tiene como epílogo, con permiso expreso de la familia de Heyer, las crudas escenas grabadas aquel día en esa ciudad de Virginia. La secuencia se combina con intervenci­ones de Trump culpando de lo ocurrido a “las dos partes”: los ultras agresores y las personas agredidas, que ese día pretendían manifestar­se pacíficame­nte. Tanto los miembros del KKK de la película como el Agente Naranja en las imágenes reales proclaman el lema de “América primero”. La vinculació­n es clara, sin rodeos.

EL ENFADO CON TRUMP “¿Por qué la política del Agente Naranja con México no desata la indignació­n mundial?”

FAN DE CARLOS SAURA “¿Dónde vive Saura? Quiero comprar pósters de sus filmes para que me los firme”

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CARLOS ALVAREZ / GETTY Spike Lee, a su llegada ayer al hotel de Madrid donde se presentó su película

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