“Es gratificante dar voz a quien no suelen dársela”
Presentador de ‘¿Te lo vas a comer?’ (La Sexta)
Alberto Chicote ha dejado de lado su faceta de cocinero para conocer de primera mano y denunciar algunos fraudes alimentarios en ¿Te lo vas a comer? ,su nuevo programa en La Sexta . Tras abordar la semana pasada la comida que se sirve en algunas residencias de ancianos, hoy aborda la pesca ilegal del atún rojo y en sucesivas entregas se investigará el menú de los hospitales para los pacientes o la comida que se ofrece en las fiestas populares, entre otros temas.
¿Experiencia positiva? Mucho. Han sido dos meses y medio de intenso rodaje para las seis entregas de que consta esta temporada y que ha requerido nuestra dedicación más absoluta. Trabajábamos cuando nos salía la posibilidad: en día laborable o festivo, y un día en Galicia y otro en Andalucía... Nos hemos recorrido el país de arriba abajo buscando fraudes alimentarios y exponiéndolos a la luz pública.
¿Se imaginó alguna vez que ejercería de periodista?
Yo no lo entiendo como una faceta de periodista, aunque evidentemente hay un equipo del programa que sí hace esa labor. Para mí, el tema es decir “sí, a mí esto me interesa y tengo la capacidad de poderlo sacarlo adelante”. Hay gente que piensa que todo tiene que estar muy restringido. Lo que yo hago en televisión es contarle historias a la gente y creo que se me da bien. A veces me dicen “¿cómo haces un programa sobre alimentación cuando a ti te sobran unos kilos?”, a lo que respondo “porque igual lo cuento mejor que tú”. Para hablar de baloncesto no necesito meter triples como un campeón, ¿no?
¿Qué le atrajo más de este proyecto?
Es un tema que me preocupa especialmente y que encima tiene mucho que ver con mi mundo, más con la alimentación que con la cocina. Es un paso natural que compañeros míos de otros lugares ya dieron, como Jamie Oliver. Hay que intentar hacer algo más que el mero concurso de televisión, poner un poco más de compromiso y de implicación con estos temas que no son tan divertidos pero que sin embargo son muy gratificantes porque das voz a gente que de otra manera no tendría.
¿Se ha emocionado mucho? Hay cosas que si no te llegan es que no estás vivo. Como cuando me encontré a un señor que visitaba cada tarde a su mujer con alzhéimer en una residencia para llevarle un trozo de melón porque, si no, decía que no se podía asegurar que le dieran fruta. ¿Cómo te mantienes ahí? No se puede. Y tampoco se debe. Para mí eso se llama implicación. También lo hago en Pesadilla en la cocina; el esfuerzo más importante del programa es pensar desde el primer minuto que ese es mi restaurante y que tengo una semana para reconvertirlo. Si tú no te pones en los zapatos de la otra persona es imposible llegar a entenderla.
¿Sabían en los lugares conflictivos que usted iba a acudir?
No. Hemos ido a la puerta de un restaurante, hospital o residencia, hemos llamado, les decimos que estamos haciendo un reportaje para La Sexta y si me deja pasar dentro, pues perfecto, y si no, pues me atiende en la puerta. ¿Cómo encajan la crítica o la denuncia? Es evidente que a nadie le gusta: algunos se avergüenzan, otros lo niegan o le echan cara dura... de todo. Es verdad que al ser una cara conocida seguramente nos ha ayudado para un primer contacto pero luego... Lo importante es ir bien asegurado, con los temas muy cerrados y las pruebas muy claras porque si no puedes tener problemas. No te puedes dejar nada en el tintero.
¿Ha vivido alguna situación tensa durante el rodaje?
Nadie me ha agredido pero sí he recibido alguna amenaza, aunque me importa poco porque el programa está por encima.
¿Ha tenido que hacer algún ejercicio de contención durante alguna situación conflictiva? En Pesadilla en la cocina a veces se sale de madre...
Es diferente. Cuando te enfrentas cara a cara a alguien que no conoces procuro que la relación sea lo más amable posible hasta el momento en que abordas el motivo del reportaje y le dices a tu interlocutor que no está ejerciendo su responsabilidad. A partir de ahí su reacción es una incógnita pero mi opinión es que tienen que dar la cara.
¿Servirá de algo la denuncia que realiza el programa?
Hasta que no se emitan todas las entregas no veremos cual es el resultado de nuestro trabajo pero sí espero que sirva para algo.
En determinados sitios quizás a partir de ahora se preocuparán cuando le vean venir.
Si alguien se preocupa porque venga yo, entonces él solito se está respondiendo. Pero cuento que serán más los que agradezcan mi presencia que los que la teman.