La Vanguardia

Kevin Winter

Kevin Winter, profesor de Ciencias Ambientale­s (Universida­d Ciudad del Cabo)

- ANTONIO CERRILLO

PROF. DE CIENCIAS AMBIENTALE­S

Desde su experienci­a sobre gestión del agua en Ciudad del Cabo, el profesor de Ciencias Ambientale­s Kevin Winter advierte sobre la necesidad de que las ciudades tomen medidas de ahorro para evitar los efectos del cambio climático.

Kevin Winter, profesor de Ciencias Ambientale­s de la Universida­d de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), invoca la importanci­a de que las ciudades se provean de diversas fuentes de suministro de agua para afrontar los riesgos de sequías. Este experto ha visitado Barcelona invitado por la Fundación Catalunya Europa y el BBVA.

¿Ha superado Ciudad del Cabo la crisis provocada por la sequía?

Desde el año 2013, Ciudad de Cabo ha tenido sequías. Ahora luchamos por recuperarn­os. Hemos estado cuatro años con un 60% de precipitac­iones por debajo de la media.

¿Cuándo temía lo peor?

El momento más grave iba a ser el 9 de abril, fecha en la que la ciudad se iba a quedar sin agua. Fue el momento en que todos íbamos a ponernos en fila para recoger 25 litros de agua por persona. Y ese momento asusta, de verdad. Pero por suerte, evitamos el Día 0; llovió a principios de abril. Los embalses están al 75% de capacidad. Son los proveedore­s clave de agua para la ciudad.

¿Cómo se llegó a esta crisis?

El 98% del agua de Ciudad del Cabo viene de los embalses. Si sólo invertimos en una fuente de abastecimi­ento, hay riesgo de que el modelo se venga abajo en algún momento.

¿Cómo ha afrontado la sequía?

Con diversos tipos de restriccio­nes. Acabamos de salir de las restriccio­nes de nivel 6. No se podía regar ninguna planta, ni jardines; ni usar el agua para lavar ventanas o coches, sino que sólo se podía emplear para el lavado y la higiene personal, cocinar y para beber. Y eso requirió vivir con menos de 50 litros por persona y día.

¿Cuánta agua consumen?

El consumo doméstico es de 180 litros por persona y día. Pero se dan situacione­s muy desiguales. Hay abusos de agua por parte de personas muy acaudalada­s, con propiedade­s y jardines muy grandes. Y, por otro lado, más de una cuarta parte de la población, 1,5 millones de personas, gastan menos de 50 litros al día. Algunas personas empezaron a perforar pozos en su propiedad para que los jardines pudieran seguir estando verdes. El problema es que tenemos que repartir el agua con otros sectores, con la agricultur­a, por ejemplo.

¿Ha habido conflictos?

Podría decir que siempre hay conflictos en los países en vías de desarrollo respecto al agua y los sistemas de saneamient­o. De los 55 millones de personas de Sudáfrica, sólo 12 millones de personas tienen acceso a servicios básicos de agua y sanitarios. Y en Ciudad del Cabo, de los 4,5 millones de personas, 1,2 millones tienen que ir a buscar el agua a un grifo fuera del asentamien­to en que viven, a sistemas comunitari­os compartido­s. Eso es así desde hace 20 ó 30 años para muchas personas.

Penoso…

Sí, pero ¿cómo afrontas este hecho cuando la ciudad no para de crecer? La ciudad es un imán. Es un proceso de urbanizaci­ón galopante. Y no podemos dar agua, servicios sanitarios y alcantaril­lado en una situación como esta. No hay suficiente­s recursos para hacer frente a ello.

¿Qué lecciones extrae?

Una ciudad que se queda sin agua es una gran catástrofe; no puede fallar. En segundo lugar, debemos estar más atentos a las señales sobre cambios de patrones de lluvias y de cambio climático más rápidos. Debemos ser muy activos sobre las inversione­s y creación de infraestru­ctura sobre el uso del agua para no tener que actuar cuando ya estamos en plena crisis.

¿Influye el cambio climático?

Es difícil atribuirlo directamen­te al cambio climático. Si lo que hemos tenido es el cambio climático o una alerta sobre el cambio climático puede ser algo irrelevant­e respecto a lo que podemos esperar en el futuro. Lo que sí sabemos es que este es un fenómeno a largo plazo y que los modelos para fin de siglo apuntan a que Ciudad del Cabo y la zona occidental de Sudáfrica serán más secas, el intervalo entre sequías será más corto y hará más calor. Diferentes modelos nos indican lo mismo. A largo plazo, debemos tener en cuenta estas alertas. Lo que ahora vemos son los primeros signos de que ese proceso se está produciend­o. El cambio climático está empezando a mostrar nuestro futuro.

¿Qué pueden hacer la ciudad para mitigar el calentamie­nto?

Para enfriar la ciudad, hay que aumentar la capacidad de los corredores verdes como una estrategia de mitigación. También debemos mejorar la gestión del agua, con un control más efectivo; y disponer de datos cada vez mejores.

La gestión del agua, ¿debe ser pública o privada?

En Ciudad del Cabo queremos subrayar la gestión pública del agua. Es un bien público; no queremos llegar al punto en que se convierta en algo caro, controlado por el sector privado; sobre todo en un país con tantas desigualda­des. El papel del sector privado es dar asistencia tecnológic­a, construir capacidade­s...; pero debemos asegurarno­s el criterio coste-eficacia, que llegue a todo el mundo y que puedan pagarla quienes costean el servicio.

CIUDAD DEL CABO: SIN RECURSOS “Hemos estado a punto de ponernos en fila para recoger 25 litros de agua por persona al día”

ABASTECIMI­ENTO FUERA DE CASA “¿Cómo proveer de recursos básicos a ciudades que crecen de modo galopante?”

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ANA JIMÉNEZ Winter intervino ayer en el ciclo Fer front al canvi climàtic, de la Fundació Catalunya Europa y el BBVA

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