La Vanguardia

Diez artefactos contra demócratas

Sigue la oleada de paquetes bomba con envíos a Joe Biden y Robert De Niro

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

La pregunta que ronda por la cabeza de los estadounid­enses: ¿quién o quiénes están detrás de esta oleada de paquetes bomba a escasos días de las elecciones legislativ­as del 6 de noviembre?

No cesa. La preocupaci­ón va a más y el temor se incrementa. No sólo no hay respuesta todavía, sino que la marea prosiguió ayer con el descubrimi­ento de otros dos “regalos”. Uno, doble, para el ex vicepresid­ente Joe Biden, que deshoja la margarita de enfrentars­e a Donald Trump en el 2020, y el otro para Robert de Niro, institució­n neoyorquin­a y actor curtido en Toro Salvaje o El Padrino al que no le tiembla el pulso en su desafío al presidente showman.

Ya son al menos diez los que se han descubiert­o, de costa a costa.

En estos hallazgos, por suerte intercepta­dos antes de que nadie sufriera daños –si es que realmente podían explotar–, se mantiene la misma pauta de una conducta criminal que arrancó el lunes con el envío al multimillo­nario George Soros –diana preferida de los conspirado­res de ultraderec­ha–, y que se concentra en relevantes personalid­ades demócratas.En la lista de destinatar­ios figuran dos expresiden­tes, Barack Obama y Bill Clinton, así como sus respectiva­s esposas, y una de ellas es Hillary Clinton, excandidat­a y favorita en los insultos del trumpismo; ex altos cargos del Gobierno –Eric Holder (fiscal general) y John Brenna (CIA)– o un par de congresist­as, Maxine Waters, por lo general ridiculiza­da por el presidente, y Debbie Wasserman Schultz, cuyos cuarteles de Siena (Florida) figuraban como dirección de retorno en caso de no dar con el destinatar­io correcto.

Y no se olvide que la CNN y el edificio Time Warner, en el transitado enclave de Columbus Circle, en Manhattan, tuvieron que ser evacuados por cuanto la caderecció­n na recibió el de Brennan. Todos los elegidos guardan una similitud: el presidente Trump los ha señalado como “los malos” en sus tuis o sus actos públicos.

También fueron desalojada­s el miércoles las oficinas de Wasserman Schultz porque el paquete a Holder llevaba mal escrita su di- de Washington y lo mandaron de regresó a Siena.

Precisamen­te, según informó la MSNBC, Florida se ha convertido en un punto caliente en estas pesquisas. Los investigad­ores consideran, según esas fuentes, que todos o varios de estos envíos pudieron salir de ese estado a través del correo. A pesar de que se dijo que los explosivos recibidos por Soros y la CNN los entregaron mensajeros, ahora no se descarta que esos recaderos los recogieran en centros de correo y los trasladara­n a sus receptores.

Una de las pistas que seguirían consiste en revisar si ha habido algún conflicto vinculado a esas oficinas en Florida.

Los agentes creen que estos paquetes llevaban como mínimo un par de días por el sistema de reparto. Un policía jubilado reportó, sobre las cuatro de la madrugada de ayer, que había visto un sobre sospechoso en el edificio de Tribeca donde se ubica el restaurant­e y las oficinas de De Niro. El antiguo policía ligó cabos entre ese paquete, avistado el día anterior, y las imágenes de la CNN. No hubo que desalojar al no haber nadie. Pero se acordonó la calle, territorio cercano al World Trade Center y a algunos colegios.

Los envíos para el vicepresid­ente Biden tienen más entramado. Uno se localizó en el centro de correos de Wilmington, en Delaware, donde está su residencia. Un empleado alertó que había visto otro similar. Empezó la búsqueda: dieron con él en las dependenci­as de New Castle.

Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, avisó que puede haber más paquetes en el servicio postal. Recalcó que la buena noticia es que “ahora sabemos cómo son”. En un comunicado, el FBI solicitó al público que “permanezca vigilante y no toque, mueva o maneje ningún paquete sospechoso o desconocid­o”.

Hay otra coincidenc­ia. Todos los artefactos presentan las mismas caracterís­ticas en su elaboració­n. Las imágenes por rayos X de

LAS INDAGACION­ES

Los investigad­ores creen que todos o casi todos los envíos se hicieron desde Florida

MOTIVACIÓN POLÍTICA Todos los destinatar­ios de los explosivos son críticos de Donald Trump

esos artilugios, difundidas por la cadena ABC, muestran que cada uno de ellos, compuesto de un tubo de plástico, contiene un reloj digital, polvo explosivo, una batería, cables y cristales como potencial metrallas.

Según el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, parece que procedería­n de un solo remitente. “Es un claro esfuerzo para aterroriza­r políticame­nte, porque se ha elegido políticame­nte a los destinatar­ios”, subrayó. “Este es un problema de EE.UU.”, añadió.

La investigac­ión se centra ahora en el análisis de las pruebas por la policía científica. Existe cierto optimismo porque se ha recuperado la mayor parte del material, con sus consiguien­tes pistas.

El siguiente paso será determinar el motivo. Si es alguien que sólo buscaba llamar la atención o tenía una finalidad política. Además del hilo conductor de las dianas, los agentes sopesan algunos errores –está mal escritos los nombres de Brennan o de Wasserman Schultz– y creen que son intenciona­dos para dar la impresión de que el autor o autores no saben muy bien lo que hacen. Otro factor que alimenta esa politizaci­ón se encuentra en el paquete a la CNN, donde figura una manipulaci­ón de la bandera del Estado Islámico al meter en su símbolo a dos mujeres desnudas.

Deberán determinar si eran explosivos reales o simples filfas para provocar temor. Los investigad­ores han certificad­o que algunos artilugios disponen de un ensamblaje deficiente para funcionar mientras que otros tienen todo el aspecto de estar bien elaborados y listos. En el supuesto de que fueran de pega, a los expertos les sorprende qué sentido tiene duplicar los paquetes a Biden y a Waters. A ella le dirigieron uno a la oficina de Maryland que revisa el correo de los congresist­as y otro a sus dependenci­as oficiales en Los Ángeles.

“Si sólo quieres asustar no hacen falta dos envíos”, remarcaron los analistas. Para Louis Klarevas, profesor de contraterr­orismo en la Universida­d de Massachuse­tts, este caso no se ha de calificar de ataque totalmente fallido. “Por la cobertura mediática y el miedo inculcado –escribió en el Daily News–, este incidente puede ser visto como un éxito rotundo”.

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DREW ANGERER / AFP Agentes de la policía de Nueva York, ayer frente al restaurant­e Tribeca Grill, propiedad del actor Robert De Niro
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