Señorías con las manos en la masa
Polémica en Marruecos por un vídeo de diputados llevándose a casa bolsas llenas de comida
No tienen los marroquíes un buen concepto de sus parlamentarios. La inmensa mayoría opina que son unos privilegiados, no se ganan el sueldo y viven por la cara del erario. Unas opiniones que no se diferencian mucho de lo que opinan otros pueblos acerca de sus electos. En el caso de Marruecos, las frecuentes imágenes de televisión donde se puede ver un hemiciclo prácticamente vacío, aunque se esté celebrando un pleno parlamentario, han contribuido en gran medida a esa percepción.
Las redes sociales han estallado, una vez más, contra sus representantes en Rabat. Algunos medios digitales han publicado unas imágenes en las que se puede observar como varios supuestos diputados abandonaban el Parlamento cargados de bolsas con alimentos y dulces, tras la inauguración oficial del nuevo curso, el 12 de octubre.
Ese día, Mohamed VI presidía la sesión, un hecho poco frecuente en un monarca que pasa la mayor parte del año fuera del territorio nacional. Como colofón, una empresa sirvió un ágape a base de comida tradicional y ricos dulces árabes. La cantidad debió ser excesiva, o los parlamentarios padecían de una repentina falta de ganas de comer, pero el caso es que sobraron grandes cantidades, que algunos decidieron llevarse a casa.
Los diputados se defienden señalando que en las imágenes no se identifica a ninguno de ellos como integrantes de la curiosa procesión de las bolsas llenas de viandas y dulces. “Yo estaba presente y después de la apertura del curso parlamentario me he tomado un café y un zumo de naranja, pero en ningún momento he visto a parlamentarios llenando bolsas. Hay partidos concretos detrás de estas acusaciones falsas que han incitado la polémica para desacreditar a la institución”, señala Yamal Mesaudi, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD).
Los representantes del pueblo niegan que sean ellos quienes aparecen en las imágenes, pero no se ponen de acuerdo a la hora de identificar a los portadores de las bolsas. Para unos, se trata de personal administrativo y asesores que trabajan en el Parlamento; para otros, serían empleados de la empresa encargada del catering, que se llevaron las sobras antes de que finalizaran en la basura.
Ante la magnitud del escándalo, los presidentes de las dos cámaras del Parlamento se han planteado publicar un comunicado oficial, algo que, de momento, no se ha producido. “Conozco a una gran parte de los diputados y puedo certificar que ninguno de ellos ha asaltado el bufet. Es verdad que nuestra imagen está por los suelos y que muchas veces hemos proporcionado el bastón a nuestros administrados para que nos golpeen con él, pero es necesario evitar que el oprobio caiga de manera tan falsa y burda sobre todos los miembros del Parlamento”, señala Adil Sbai, del Movimiento Popular (MP).
La indignación de los parlamentarios por estas acusaciones no puede evitar una realidad que los marroquíes contemplan en cuanto encienden la televisión o miran fotografías en los medios impresos o digitales. Los asientos del Parlamento están casi siempre vacíos. ¿Dónde se meten y qué hacen los diputados? El nuevo presidente de la Cámara, Habib el Malki, decidió tomar cartas en el asunto y aplicar un reglamento aprobado en tiempos de su predecesor, pero que hasta ahora no se había puesto en práctica.
La imposición de una multa de 1.200 dirhams (110 euros) por cada día de ausencia injustificada de un parlamentario ha conseguido, según datos del propio El Malki, que el porcentaje de presencia en los debates plenarios sea ahora del 80% y del 75% en las comisiones permanentes. Además, algunos medios han comenzado a publicar los nombres y apellidos de aquellos diputados que se distinguen por su mayor número de ausencias injustificadas. Un escarnio público que duele aún más que las multas impuestas por el presidente de la Cámara.
Los que aparecen en las imágenes no son parlamentarios sino empleados, dicen en la Cámara