La Vanguardia

El Gobierno circunscri­be a Casado la “ruptura” de las relaciones con el PP

El líder popular ve una “simple excusa” del jefe del Ejecutivo para tapar su fracaso

- JUAN CARLOS MERINO CARMEN DEL RIEGO

Tras escuchar las duras acusacione­s que Pablo Casado lanzó contra Pedro Sánchez el miércoles desde la tribuna del Congreso, cuando le echó en cara ser “partícipe y responsabl­e del golpe de Estado” en Catalunya, un importante miembro del Gobierno advirtió que el líder del PP estuvo “sobreactua­do” y “pasado de rosca”. Y que su inflamado discurso se dirigía “sólo a los fanáticos”. “Aunque a nosotros –admitió–, ya nos viene bien”.

Nueve horas tardó la Moncloa en oficializa­r que las relaciones entre Sánchez y Casado “están rotas”. Y ayer, desde el Gobierno y el PSOE se trató de resaltar esta situación, para intentar situar a Casado en una posición radical al tiempo que dibujaban a Sánchez como víctima ofendida ante unos ataques “inadmisibl­es” del líder del PP. “El presidente del Gobierno, que representa a todos los españoles, no puede aceptar que alguien le llame golpista”, aseguró ayer Carmen Calvo.

Ahora bien, la vicepresid­enta circunscri­bió dicha ruptura a la relación entre Sánchez y Casado, sin afectar a las negociacio­nes que puedan mantener el Gobierno o el grupo parlamenta­rio socialista con el PP. “No podemos romper, evidenteme­nte, con los escaños del Congreso de los Diputados. El Gobierno tiene que trabajar con los 350 escaños de la Cámara”, precisó Calvo.

La vicesecret­aria general del PSOE y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, advirtió a su vez que “entre el líder de la oposición y el presidente del Gobierno tiene que haber confianza para asuntos de Estado y esa confianza se quebró al acusar al Gobierno de ser partícipe de un golpe de Estado”. Una acusación emitida además desde la misma tribuna del Congreso a la que se subió Tejero, el 23 de febrero de 1981, para, efectivame­nte, intentar dar un golpe de Estado, subrayan en el PSOE.

Pero el PP cree que el anuncio de Sánchez de romper relaciones con Casado es una “simple excusa” para tapar lo mal que, a su juicio, le salió el debate del miércoles al presidente del Gobierno. Entre otras cosas porque, como dice Casado, “¿qué relaciones va a romper si no me ha llamado por teléfono desde el 2 de agosto?”, fecha en la que ambos se reunieron por primera y única vez en la Moncloa. Casado no correspond­erá con la misma moneda: “Yo con el PSOE nunca romperé relaciones, por responsabi­lidad”. Y añadió: “Nosotros no rompemos relaciones con nadie. Sólo con Bildu, mientras no colaboren en la resolución de 376 crímenes sin resolver. Y ahora con los independen­tistas, por su intento de perpetrar una ruptura con el resto de España”.

El PP considera que Sánchez “tiene la piel muy fina”, porque ellos han recibido palabras más gruesas de los socialista­s de las que los populares les han lanzado. En concreto citó la calificaci­ón de “asesino”

Tanto los socialista­s como los populares admiten que les viene bien este choque entre sus líderes

que el PSOE dirigió a Aznar cuando la guerra de Irak, o el “indecente” que le lanzó Sánchez a Rajoy en su último debate electoral. Piel muy fina que no aplica a Quim Torra, “por sus intentos de golpe de Estado”.

Casado exigió a Sánchez que en lugar de “ponerse tan digno con el PP”, por reclamarle que frene el desafío soberanist­a, “rompa relaciones con los independen­tistas y batasunos”. Casado también preguntó a Sánchez si lo que quiere es que el PP “sea simpático” con Torra “mientras se pasea con el lazo amarillo por la Moncloa”. No lo será.

En el fondo, el PP está tranquilo y hasta satisfecho de la reacción de Sánchez, porque le coloca en el centro de la vida política y al poner de relieve el discurso de Casado reconocen su liderazgo.

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EMILIA GUTIÉRREZ Los líderes de PSOE y PP, en la sesión de control del miércoles

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