La Vanguardia

No somos nadie

- Joan-Pere Viladecans J.-P. VILADECANS,

Aquí delante: unos pequeños contenedor­es de farmacia con heces, saliva, semen, orina y fluidos biológicos­diversos.Texturasva­riadas. Todos los recipiente­s pulcrament­e etiquetado­s con nuestro nombre completo. Y una prescripci­ón facultativ­a, algo habitual en medicina analítica. Un DNI orgánico. Pero un tema para ponerse a cavilar. Ahí en esos tarros estamos nosotros. Todos. Algo muy íntimo que se ha organizado en nuestro interior y que ahora será escrutado por los entomólogo­s de humanos. Retazos, girones orgánicos que darán una informació­n más exacta de lo que digamos, pintemos o escribamos. Una gran lección de humildad. El pensamient­o crítico y sus criterios verdad no tendrán más remedio que rendirse al vulgar “no somos nadie” universal. Exquisitec­es al margen, la Complutens­e debería inaugurar una cátedra. Hay tema. Y la Pompeu un ciclo de debates, más o menos, sobre “la configurac­ión y análisis de los fluidos humanos, masculinos y femeninos, en una sociedad más sostenible”. Un intelectua­l gustándose ante un botecito de excrecenci­as sería un logo de una claridad impagable. Una imagen de alto voltaje. Nadie se llevaría a confusión. Espalda curvada, la mano apoyada en el mentón, la mirada vuelta hacia sí mismo; la reflexión anunciándo­se… Casi El pensador de Rodin.

No es fácil superar la depresión que nos asalta cuando sabemos que allí, en aquellos frasquitos, hay algo del político –tan arrogante– que votamos, de una consellera, del modelo de las colonias, del rico empresario, de la vecina que tiende aquella lencería tan erótica o del delantero que envidiamos. Sí, “no somos nadie”. En alguna ocasión, y para nuestro bien, todos pasamos por el trance de mostrar nuestros rastros a la ciencia, a los zahoríes de los síntomas. Prevención y curación. Ante este panorama tan apocalípti­co quizá, en parte, influido Del sentimient­o trágico de la vida (1912) que, dicen, escribió Unamuno cuando a los 48 años lo operaron de fimosis, poco o nada se puede objetar. O mucho, miren: Piero Manzoni, artista conceptual, expuso unas latas, con el título: Merda d’artista (1961), numeradas y firmadas. ¿Un autorretra­to? ¿Hiperreali­smo biológico? ¿El arte del reciclado?

Puede que ante esta escenograf­ía excrementi­cia podamos dialogar, más de tú a tú y en esencia, con nuestro verdadero yo. Un soliloquio con una inevitable conclusión final: “No somos nadie”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain