Bartomeu baja al vestuario para felicitar al equipo y regalar un reloj

Josep Maria Bartomeu no es un presidente que suela bajar al vestuario, la zona sagrada de los jugadores, pero el miércoles por la noche hizo una excepción y se metió hasta la cocina, una incursión excepcional que acostumbra a reservar para felicitar las navidades y poco más. La excusa era dar un regalo, el reloj prometido por la junta directiva como premio por ganar el doblete de Liga y Copa en la temporada pasada, pero el objetivo de la visita era en realidad trasladar más agradecimiento moral que material. Acompañado por el vicepresidente Jordi Mestre y por el directivo Javier Bordas, Bartomeu saludó uno por uno a todos los jugadores, incluido Messi acompañado de su hijo Thiago, y también a Ernesto Valverde y al resto de técnicos y auxiliares, y acto seguido dirigió unas palabras al grupo que fueron bien recibidas. Básicamente Bartomeu, en la zona de taquillas, donde se cambian los jugadores, agradeció el esfuerzo de los futbolistas por su partido contra el Inter de Milán, uno de los mejores de la presente temporada que certificaba además la clasificación virtual a los octavos de final de la Champions. El presidente del FC Barcelona remarcó la actitud colectiva del equipo que, examinado sin su número uno, respondió con nota ante un buen adversario. La visita se alargó durante unos 15 minutos y sirvió también para pulsar el estado de ánimo de la plantilla respecto al partido del domingo contra el Real Madrid. Lejos de encontrarse con un ambiente de excesiva euforia, el vestuario transmitió respeto máximo por los blancos pese a que estos lleguen al Camp Nou en plena crisis de juego y resultados. El Madrid suele reaccionar ante situaciones límite y en el Barça lo saben. Como también son conscientes de que, jugando como el miércoles, será difícil no sumar los tres puntos.