La Vanguardia

El Tour del 2019 se instala en las alturas

En el centenario del maillot amarillo se subirán siete puertos de más de 2.000 m

- CARLES RUIPÉREZ

Federico Martín Bahamontes, el primer español en ganar el Tour, en 1959, tenía el apodo del Águila de Toledo. En el sesenta aniversari­o de su triunfo, el que quiera vencer en París el 28 de julio tendrá que volar por las cimas como un águila. El Tour del 2019 ha decidido instalarse en las alturas, por encima de las nubes, cerca del sol, donde la montaña aún se hace más dura. Por encima de 2.000 m.

Esa es la principal caracterís­tica del recorrido de la Grande Boucle que se presentó ayer en París. La organizaci­ón ha previsto que se suban hasta siete puertos por encima de esa barrera de altura psicológic­a y física, seis de ellos en los Alpes (Vars, Izoard, Galibier, Iseran, Tignes y Val Thorens) y sólo uno en los Pirineos: el Tourmalet, final de etapa por tercera vez en la historia.

“A más de 2.000 metros se producen cambios fisiológic­os que alimentan la incertidum­bre”, advierte Christian Prudhomme, el director del Tour, en busca de nuevas emociones que cuestionen el dominio del equipo británico del Sky, ganador de seis de las últimas siete ediciones. “Para ganar el Tour hay que ser un buen escalador y en el 2019 más que nunca”, resume el director.

Lo que es un aviso en toda regla para Geraint Thomas, el vencedor del 2018. De hecho, el galés aún no tiene claro si estará el 6 de julio en la salida de Bruselas. “Todavía no estoy seguro de mi programa para el próximo año. Tengo que hablar de eso en dos semanas con mi equipo. Aún tengo que volver a subir a la bici”, reveló Thomas, que apunta a que podría correr antes el Giro de Italia.

Eso dejaría a Chris Froome, tercero este año, como líder único del Sky para aspirar a igualar las cinco victorias de Anquetil, Merckx, Hinault y Miguel Indurain.

Al británico de Nairobi, más que los cinco finales en alto –el ampliado La Planche de Belles Filles (6.ª), Tourmalet (14.ª), el inédito Prat d’Albis (15.ª), Tignes (19.ª) y Val Thorens (20.ª y penúltima), le asusta la altura y la falta de oxígeno. “El número de llegadas por encima de los 2.000 metros lo hacen más complicado”, analizó, al tiempo que le pasaba el favoritism­o a Nairo Quintana, del

RONDA PARA ESCALADORE­S Thomas no sabe aún si defender el título, Froome aspira a su quinto triunfo y a Dumoulin le falta crono

Movistar. “Los corredores nacidos en altura, como Quintana, van a tener más ventaja”. El colombiano del Movistar nació en Boyacá, a 2.800 metros, más arriba que el Iseran, el techo del Tour.

De los 3.460 kilómetros previstos apenas 54 serán en formato contrarrel­oj: la mitad por equipos en Bruselas (2.ª etapa) y la otra mitad en Pau (13.ª), justo antes de la montaña de verdad. Algo que no beneficia para nada al holandés Tom Dumoulin, segundo tanto en el Tour como en el Giro del 2018.

Precisamen­te en Pau se homenajear­á el centenario del nacimiento del maillot amarillo. Eugène Christophe fue el primero en vestirlo un 19 de julio. Nadie ha lucido más la preciada prenda que Eddy Merckx, que fue líder 96 días. El caníbal estará muy presente en la carrera cuando se cumple medio siglo desde que empezó su reinado. El Tour saldrá de su Bruselas –con paso por el pavés del flamenco Mur de Grammont– , volverá a subir el Ballon d’Alsace –donde ganó su primera etapa en la ronda francesa– y acabará rodeando la pirámide del Louvre, que cumple 30 años.

 ?? THIBAULT CAMUS / AP ?? Los 15 Tours de Merckx, Hinault e Indurain, ayer en la presentaci­ón
THIBAULT CAMUS / AP Los 15 Tours de Merckx, Hinault e Indurain, ayer en la presentaci­ón

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain