La Vanguardia

Erudición futbolísti­ca

César Luis Menotti. Un dandy de 80 años. Esyloha sido todo: jugador, entrenador, mánager, campeón del mundo... Atiende la llamada en su casa de Argentina, sin previo aviso, e hilvana respuestas fluidas y elegantes

- DOMINGO MARCHENA

César Luis Menotti afirma: “Con o sin Messi, el Barcelona no sólo debe ganar, sino jugar bien. Ya lo ha demostrado en el último partido, con una idea de juego que lo caracteriz­a desde Cruyff, desde mi época incluso. Desde siempre. Messi es mágico, puede ganar un partido, aunque juegue mal. Pero por este club han pasado grandísimo­s jugadores y la entidad siempre ha estado y estará por delante”.

Perdone. La pregunta es obligada: ¿Barça o Madrid?

¡Por favor! Tengo un pasado, amigos, complicida­des. La ciudad es maravillos­a. Fui entrenador del club y ganamos tres títulos: la Copa del Rey, la Copa de la Liga y la Supercopa. ¡El Barça!

¿Le vale cualquier resultado?

No. Y al club tampoco. No sólo tiene que ganar, sino que debe jugar bien. Quiero rivales que se respeten y un buen partido. Con eso y un 2-0 me conformo.

¿Sueña alguna vez que aún dirige el juego desde el banquillo? Es que aún soy entrenador. Y uno de los pocos del Barça que se fue por voluntad propia, como Guardiola. Nací en una cancha y allí sigo. Ahora dirijo una escuela de entrenador­es y soy feliz, tanto como un director de cine. Si me sacas de un rodaje, ¿qué hago?

Será un clásico especial. Sin Ronaldo ni Messi, lesionado.

Sí, pero insisto: con o sin Messi, el Barcelona no sólo debe ganar, sino jugar bien. Ya lo ha demostrado en el último partido, con una idea de juego que lo caracteriz­a desde Cruyff, desde mi época incluso. Desde siempre. Messi es mágico, puede ganar un partido, aunque juegue mal. Pero por este club han pasado grandísimo­s jugadores y la entidad siempre ha estado y estará por delante.

Pero él ya es historia viva.

Por supuesto. Le ha dado al club lo que no le ha dado nadie, a pesar de todos los cracks que ha habido en su historia. Forma parte de una trayectori­a que comenzó con Guardiola y que han fortificad­o Xavi, Iniesta, Piqué, Busquets... Es muy difícil que un entrenador intente salirse del camino. Los técnicos dejarán su impronta y la plantilla se renovará, pero el Barcelona tiene un sello propio.

¿Messi o Maradona?

Las comparacio­nes tienen que ser en la misma época. Ha habido cuatro reyes indiscutib­les: Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Y el quinto es Messi. Lo veo hacer cosas que no hace nadie, pero entonces cierro los ojos y recuerdo otras jugadas geniales de los otros cuatro solistas, dueños de una música que sólo ellos tocaban.

¿Y usted cómo jugaba?

Bien. Tenía técnica. Ordenaba el medio campo, aunque no tenía mucha recuperaci­ón. Metía goles, aunque no era goleador.

Pero destacó más como técnico que como jugador.

Bueno, no crea. Jugué en la selección argentina. Tengo portadas como jugador de la revista El Gráfico, que en aquellos tiempos era como si te dieran un Oscar.

¿Cuántas portadas?

Tres como jugador.

¿Y como entrenador?

Unas veinte, quizá.

(...)

Sí, pero jugué con Pelé en el Santos y milité en el Atlético Juventus de São Paulo en la época más brillante del fútbol brasileño.

¿Qué es lo mejor del fútbol?

Lo veo a diario: el deporte como juego, la comunión con el público. Hay que distinguir entre público y espectador­es. Si yo voy al ballet soy un espectador, porque no entiendo de danza. Si voy al fútbol, soy parte del público. Y el público siente orgullo de sus colores, aunque sea en la tristeza de la derrota. ¡Y en un escenario de 7.000 m2 y con 70.000 o más personas en las gradas! Es difícil encontrar otro espectácul­o igual.

¿Y lo peor del fútbol?

Una época en la que había equipos violentos, organizado­s para destruir, mientras la FIFA miraba para otro lado. Eso fue lo más vergonzoso que vi. ¿Qué equipos? Algunos italianos y una selección de aquel país. El fútbol y los arbitrajes han cambiado, por fortuna. Pero nunca vi pegarle tanto a un jugador como a Maradona.

La entrada de Goikoetxea...

Maradona ha sobrevivid­o en el fútbol, recuperánd­ose de acciones terrorífic­as. Le diré una cosa: Goiko, que lo lesionó, es una excelente persona. No tengo duda alguna de que no tenía intención de lastimarlo así. Pero si un Ferrari recorre 250 kilómetros por la Gran Vía se acaba averiando, seguro. Hoy hay otra vigilancia y quienes se salen de la norma constituye­n la excepción.

El madridista Marcelo dice que los periodista­s critican a su equipo por envidia. Porque “querrían jugar y no saben”.

Un periodista no tiene que saber jugar a fútbol. Pero sí saber escribir. Yo puedo no coincidir con los análisis de un periodista, pero lo respeto profundame­nte si escribe bien, si adjetiva correctame­nte, si cuida el lenguaje, si usa las palabras exactas. Le pondré un ejemplo. Leo a Santiago Segurola y no siempre estoy de acuerdo con él, pero reconozco que está comprometi­do con su trabajo, con lo que expresa y escribe. Se puede escribir sobre cualquier cosa. También sobre fútbol. Pero se debe escribir bien. Y él es un ejemplo.

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REFUGIO RUIZ / AFP Menotti ha entrenado en Argentina, España, Uruguay, Italia y México (la foto es de su etapa mexicana)

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