Conmoción en Italia por la violación en grupo y muerte de una adolescente
La detención de cuatro inmigrantes africanos da munición al ultra Salvini
Se llamaba Desirée Mariottini, y tenía sólo 16 años. Fue hallada muerta la semana pasada en un edificio abandonado en el céntrico barrio de San Lorenzo de la capital italiana. Había tomado drogas, una mezcla letal de heroína, metadona y Rivotril (un psicofármaco que combinado con el alcohol tiene los efectos de la heroína) y habría sido violada durante horas, según los medios italianos. La autopsia ha determinado que sufrió una violación en grupo. La causa de la muerte habría sido una asfixia, aunque no está claro si como consecuencia del consumo de estupefacientes.
La muerte de la adolescente ha conmocionado a Italia desde el momento en que se supieron las terribles circunstancias de su fallecimiento. Y cuando el jueves trascendió que los primeros tres detenidos eran de origen africano, el miedo a que el debate migratorio se apropie del caso hizo saltar todas las alarmas.
La policía detuvo ese día a dos senegaleses de 26 y 43 años sin documentos legales para residir en Italia, y después a otro sospechoso, un nigeriano de 46 años con el permiso de residencia por motivos humanitarios que ahora el Gobierno italiano quiere suprimir. Ayer se supo de un cuarto arrestado, según confirmó el ministro del Interior, Matteo Salvini, que sólo dijo que es “un inmigrante clandestino”. Los medios locales informaron que se trata de un gambiano de 32 años que ha sido localizado en Foggia, en la sureña región de Apulia, cerca de un centro para inmigrantes. En el momento de la detención tenía 10 kilos de marihuana, y se había cortado el pelo para que no le reconocieran. Todos están imputados por homicidio voluntario y violencia sexual en grupo. El crimen es munición política para Salvini, el ministro ultraderechista que no deja de repetir que los inmigrantes llegan a Italia para cometer crímenes.
“Capturado en Foggia el cuarto gusano que habría violado y llevado a la muerte a Desirée”, anunció el líder de la Liga en Twitter. “Haré todo lo que sea para que estos gusanos culpables de este horror paguen hasta el final su infamia”.
El ministro visitó el barrio de San Lorenzo, donde fue recibido con protestas y gritos de “chacal” cuando intentó entrar en el inmueble de los hechos. La llaman “la casa de las drogas”, por ser un lugar donde se suele traficar con estupefacientes. En los últimos días ha habido muchas manifestaciones en San Lorenzo para pedir que no se instrumentalice el asesinato de Mariottini con fines políticos.
San Lorenzo, a dos pasos de Termini (la principal estación de Roma) es una zona de marcha, habitual lugar donde buscan piso los cientos de Erasmus que llegan cada curso a Roma. Pero en los últimos años habían saltado las alarmas por su degradación. La comunidad ha pedido que las autoridades intervengan para retomar el control del barrio, y las empresas locales cerraron durante un día para protestar.
“La falta de control por parte de las instituciones públicas, que debería permitirnos mantener el orden, y la falta de limpieza por parte de la empresa de recolección de basura de la ciudad crean una situación que favorece la proliferación de actividades delictivas”, ha dicho Chiara Simeoni, vecina de San Lorenzo. La respuesta de la alcaldesa, la grillina Virginia Raggi, entre otras cosas, ha sido prometer que prohibirá el consumo de alcohol en las calles del barrio a partir de las nueve de la noche.
La muerte de Mariottini recuerda a la de Pamela Mastroianni, de 18 años, asesinada el pasado enero por un ciudadano nigeriano en Macerata. Como Mastroianni, Mariottini arrastraba un historial de problemas de adicciones. La muerte de Mastroianni, cuyo cuerpo fue encontrado descuartizado en una maleta, motivó a un joven ultraderechista, Luca Traini, a cometer otro crimen: disparó a todas las personas negras que se encontraba por la calle, hiriendo a seis migrantes de origen africano.
Mariottini, proveniente de Cisterna de Latina (al sur de Roma), acudía desde el pasado agosto al Servicio para las Drogadicciones del sistema sanitario italiano. Llamó a su abuela dos días antes de que encontraran su cuerpo, el 19 de octubre, para avisarle de que había perdido el autobús y que se quedaba a dormir en casa de una amiga.
“Haré lo que sea para que estos gusanos culpables paguen hasta el final”, dice el ministro del Interior
Desirée Mariottini apareció muerta cerca de la estación Termini de Roma, una zona de consumo de drogas