Policías para las aulas rebeldes
Francia desplegará agentes del orden en las escuelas más conflictivas
La escuela pública francesa siempre ha sido un pilar esencial de la República. De ahí la alarma nacional ante los recientes actos de indisciplina y las amenazas contra maestros. En este contexto, por orden del presidente Emmanuel Macron, el Gobierno francés está ultimando un paquete de medidas para garantizar la seguridad en los centros educativos. Entre ellas figura el despliegue de policías en el interior de la escuelas más conflictivas cuando las circunstancias lo requieran.
El anuncio del plan de choque para calmar las aulas rebeldes fue efectuado por el flamante ministro del Interior, Christophe Castaner, al término de una reunión del “comité estratégico” sobre la crisis de las escuelas a la que asistieron los titulares de Educación y de Justicia. La decisión final se adoptará en el consejo de ministros del próximo martes.
A tenor de lo dicho ayer por Castaner, el Gobierno parece decidido al despliegue policial, no con carácter general sino donde haya necesidad. El ministro habló de “los momentos particulares de tensión en la jornada”, siempre con el beneplácito de los directores. Castaner se refirió a los barrios de “reconquista republicana”, las zonas que se han identificado como especialmente difíciles, en las que la autoridad del Estado es débil porque se han apoderado de sus calles las bandas de delincuentes y, en bastantes casos, existe una fuerte presencia de jóvenes musulmanes radicalizados. Desde septiembre pasado son 15 esos barrios más explosivos, repartidos por el territorio, sometidos a vigilancia suplementaria. Se prevé que esa “reconquista republicana” se extienda de manera progresiva a 60 barrios de toda Francia en el año 2020.
El ministro insistió en que el envío de fuerzas del orden al interior de las escuelas se hará en virtud de “un enfoque diferenciado, barrio por barrio”. El objetivo es preservar las escuelas como “santuarios”, espacios protegidos, a salvo de la violencia.
Otras medidas, evocadas por el ministro de Educación, Jean-Mi- chel Blanquer, serán la creación de un mecanismo para la comunicación automática de episodios de violencia y de amenazas y el reforzamiento de los equipos móviles de seguridad para restablecer el orden en los centros en los que surjan problemas. Para los alumnos entre 13 y 18 años que sean expulsados de la escuela, se les instará a asistir a centros especializados en los que, además de educadores, habrá personal militar o de la policía para ayudarles “a entrar en vereda, mostrándoles el rigor de la ley y los valores de la República”. La titular de Justicia, Nicole Belloubet, propuso multiplicar los trabajos de interés general en las escuelas para infundir el civismo y la convivencia
El Gobierno se ha visto obligado a actuar después de la divulgación de un vídeo en el que un alumno de 15 años en un instituto de Créteil, un suburbio de París, amenazaba a una profesora con una pistola de juguete. El estudiante ha sido ya acusado formalmente y podría ser condenado a más de tres años de privación de libertad en un centro de menores.
El sentimiento de preocupación colectiva por la violencia juvenil también se ha visto afectado por la reciente muerte de dos adolescentes, en París y en un municipio cercano, Sarcelles, durante peleas entre bandas rivales, un fenómeno al alza.
A raíz del caso de Créteil, ha trascendido otro, incluso más grave, en un centro de Le Havre, ocurrido el pasado 4 de octubre. Tres alumnos del liceo de formación profesional Robert Schuman amenazaron a dos profesores, de matemáticas y de inglés, con pistolas de juguete, mientras otro estudiante grababa la escena en vídeo. El incidente se ventiló en un primer momento a nivel interno, con la presentación de excusas de los interesados. Pero después de conocer la repercusión de lo sucedido en Créteil, el director de la escuela de Le Havre decidió poner los hechos en conocimiento de la justicia, que tomó declaración a los chicos.
El envío de policías a las escuelas se ha ensayado ya en tres centros del área de Niza. Se puso en marcha la iniciativa a raíz del ataque yihadista vivido en la ciudad mediterránea en el 2016. En las escuelas afectadas se mandó a agentes de la policía municipal, sin armas. Además del efecto disuasorio que produjeron, tenían permiso para detener a un alumno que se mostrara amenazante, a confiscar droga y a cachear a alumnos para evitar que introdujeran cuchillos u otros objetos peligrosos en la escuela.
Los planes del Gobierno están llamados a generar controversia. Hoy por hoy no está permitida, por ley, la presencia de policía armada en las escuelas. Los sindicatos policiales son muy reacios a aceptar la nueva iniciativa porque consideran que, desde la ola de atentados yihadistas que empezó en el 2015, y ante el alto nivel de delincuencia en muchas ciudades, las fuerzas del orden están ya sobrecargadas de trabajo. Philippe Capon, secretario del sindicato UNSA advirtió que ampliar aún más las misiones, sin formación adecuada, se hará en detrimento de la seguridad del país.
Para pulsar el estado de la opinión pública sobre el problema, el periódico Le Figaro y la emisora de radio France Info encargaron una encuesta, según la cual el 96% de los franceses se mostraron consternados por las imágenes de la escuela de Créteil y el 91% las consideró reveladoras del clima de violencia generalizado en las escuelas. El 78% de los encuestados se mostró partidario de instalar videocámaras de seguridad dentro de los centros docentes y en sus aledaños, y el 64% respaldaría instalar arcos detectores de metales. El 69% apoyó que se sancione con multas a los padres de alumnos violentos y el 58% se dijo a favor de la presencia de agentes de seguridad en las escuelas.
“SANTUARIOS” EN PELIGRO
El Gobierno reacciona al ambiente violento y las recientes amenazas a profesores
BANDAS Y RADICALISMO
El despliegue policial se centrará en barrios “de reconquista republicana”