Fabulosa Bartoli
La Cenerentola
Intérpretes: Cecilia Bartoli (Cenicienta); David Alegret (Ramiro); Carlos Chausson (Don Magnifico); Martina Jankova (Clorinda); Rosa Bove (Tisbe); Alessandro Corbelli (Dandidi); José Coca (Alidoro). Les Musiciens du Prince – Monaco Dirección: Gianluca Capuano Lugar y fecha: Palau de la Música Catalana (25/X/2018) Hace más de 20 años la entonces principiante Cecilia Bartoli debutó en el Liceu en Il barbiere di Siviglia en el papel de Rosina, acompañada de su madre y maestra Silvana Bazzoni (Berta). Ayer, en el Palau, Silvana Bazzoni volvía a estar presente en la actuación de su hija, pero sin cantar. La Bartoli demostró –si es que se puede– que más de veinte años han añadido a su voz una capa- cidad de matizar, ornamentar y penetrar en el oído de manera absolutamente fabulosa, protagonizando el otro rol estrella de Rossini, La Cenerentola. De pobre hermana humilde y maltratada a princesa casada con el príncipe Ramiro, la trayectoria de la cantante es una ejemplificación auténtica del subtítulo de la obra La bontà in trionfo . El triunfo de la Bartoli fue todo lo espectacular que se podría esperar de una cantante que ha estado al servicio de la música italiana durante años y el público, que lo sabía, llenó el Palau sin dejar ni un hueco.
La representación, semiescenificada, la presentaba limpiando zapatos (incluso los del director de orquesta) y soportando las inconveniencias de las “hermanas feas”, magníficamente cantadas por Rosa Bove y Martina Jankova. Pero también hubo otro rey de la fiesta: el espléndido bajo Carlos Chausson, un Don Magnifico autoritario, de gran impacto vocal y de ribetes cómicos que revelan también una larga experiencia en el terreno buffo.
El equipo vocal se había quedado, pocas horas antes, sin tenor, pero afortunadamente en Barcelona hay recursos de todo tipo, y acababa de volver de Oviedo el tenor David Alegret, que había cantado otro Rossini y que demostró una vez más la absoluta profesionalidad en el papel del Príncipe Ramiro, con algunas ayudas rápidas en cuanto al movimiento escénico, lógico habiendo sido llamado pocas horas antes. Redondeaba el reparto el sobresaliente bajo Alessandro Corbelli. Quizá fue el menos convincente, ya que no aprovechó bien las posibilidades de su gran aria Come un’ape nel mese d’aprile, pero no desentonó. Completaba el reparto el bajo José Coca (boliviano), en un Alidoro lleno de autoridad. La orquesta acompañó con fuerza, a veces demasiado –excesiva la percusión–, pero cumplió con el cometido, como también el coro masculino.